Melancholia

Crítica de Pabela - La Cinerata

Entre las películas más esperadas de este año, sin dudas se encontraba Melancholia del siempre alborotador Lars Von Trier. Su última gran estupidez en Cannes fue apoyar al nazismo, algo que ya muchos sabrán, y por ende las reacciones no fueron meramente comunicados de repudio o revuelo mediático; acá en Argentina decidieron, entonces, no estrenar directamente este último film. Y más allá de si es o no una sabia decisión esta forma de rechazar lo dicho por el director- algo que quedaría mejor en otro tipo de post reflexivo- centrémonos en hablar de un film que ha sido realmente la primera gran decepción de lo que va del año.
Visualmente no podríamos quejarnos en absoluto, es una delicia su fotografía, las tomas, el aspecto técnico en general. Por ello solo ya da pena no poder contar con salas para verla como se debiera; pero el guión- que obviamente muchos encontrarán perfecto como todo lo que suele suceder con sus obras- no deja de ser un tremendo vacío, un hueco existencial igual al que sufre su protagonista.
El film está dividido en dos partes dedicadas supuestamente a dos hermanas: Justine (Kirsten Dunst) y Claire (Charlotte Gainsbourg). La primera, la que sospechamos es la menor, se ha casado y en la fiesta que ocupa toda la primera parte percibimos que sufre de una depresión desmedida, que esa depresión podría estar asociada a la familia que tiene, sobretodo a una madre sardónica y resentida. Estamos frente a la posibilidad de tener un drama sobre la existencia, la vida, la muerte, el amor, la voluntad y un largo etc. Para mejor condimento, lo que todos ya sabíamos por las sinopsis del film: un planeta está circulando por una trayectoria que lo llevaría en dirección hacia la Tierra con la posibilidad de que todo desaparezca.
La segunda parte se centra entonces en ese planeta y si realmente impactará o no sobre nosotros. Y en eso queda. La historia si bien suelta a Justine para centrarse un poco más en Claire, no aporta demasiado a lo poco que sabíamos de una y de la otra. Se nos tiran un par de insinuaciones sobre el verdadero motivo del vacío descomunal de Justine, pero tampoco se terminan por resolver (el detalle del conteo de semillas, por ejemplo y no quiero decir más).
El más que notable reparto que tiene este film termina por no brillar nunca; no lo hacen porque irónicamente los personajes no tienen la profundidad necesaria con la que podríamos identificarnos. El único mejor dibujado quizá sea Kiefer Sutherland, el esposo de Claire, cuyas escenas mejor demuestran qué tipo de hombre es. Dunst termina por exasperar, Gainsbourg cumple como siempre sin más.
Esta es una historia llena de elementos que uno nunca termina de entender porqué están donde están, diálogos bastante chatos que no llegan a impactar ni a enriquecer. Un final que ya sabemos, están muy poéticamente contado en los primeros 5 minutos del metraje. Es una historia a la que le falta vena, carácter, fuerza, contraste. Un film prelavado que muchos interpretarán como una perfecta forma de mostrar el vacío del hombre, la futilidad de la vida, etc.
¿Es esta una historia sobre el fin del mundo?, ¿sobre qué es importante o qué no lo es si todo acabara mañana?, ¿sobre el miedo a la muerte o a la vida misma?, ¿un soslayado y pobre examen sobre el ser humano y su existencia?, ¿una pálida reflexión sobre el más allá?... como diría nuestra popular figura " lo dejo a tu criterio".