Mazinger Z Infinity

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

La nueva película de Mazinger Z es una amena celebración nostálgica del más grande robot de la animación japonesa.
El argumento del film no quedará en el recuerdo entre las mejores aventuras del personaje, pero eso no opaca el trabajo extraordinario que presenta el estudio Toei en los aspectos técnicos.
La brillante combinación de animación tradicional con CGI, que respeta y evoca la estética de las serie de televisión original, sumado a la ejecución de las imponentes secuencias de acción son dos motivos suficientes para disfrutar este estreno en el cine.
La película no tiene reparos en festejar el 45 aniversario de Mazinger con una producción que se hizo exclusivamente para los fans del viejo animé. El resto toca de oído.
A diferencia de lo que fueron los últimos largometrajes de Dragon Ball, donde los realizadores apostaron a captar a una nueva generación de espectadores, con el film del robot se da el caso contrario.
Me atrevería a afirmar que quienes no hayan sido seguidores de las series originales de los años ´70, Mazinger Z (1972-1974) y Gran Mazinger (1974-1975) se quedarán afueran del 80 por ciento de los guiños y referencias que se incluyeron a las historias clásicas del robot.
Por otra parte, la complejidad de la trama genera que no sea una propuesta recomendable para chicos, ya que el tono del film está claramente dirigido a un público adulto.
Esta es una película que se hizo exclusivamente para los viejos fans del personaje.
La nostalgia juega un papel fundamental en la recepción del film, que encuentra su momento más emotivo en la secuencia de créditos iniciales, donde suena el tema original y se repasan los grandes momentos del animé.
El argumento, que se desarrolla diez años después del final de Gran Mazinger, funciona como una conclusión definitiva de la eterna pelea entre Koji Kabuto y el Doctor Hell.
El director de la serie One Piece, Junji Shimizu, sobresale cada vez que su narración se enfoca en la acción, con algunas secuencias épicas donde aparecen los enemigos más célebres que enfrentó Koji en el pasado.
La parte técnica es intachable y no se le puede objetar nada.
Los inconvenientes de este film pasan más que nada por decisiones argumentales que tomaron los realizadores.
En este caso desarrollaron una trama más compleja que se encamina por el terreno de la metafísica y por momentos resulta confusa de seguir.
Quisieron hacerla más profunda y se embrollaron con un conflicto raro que carece de la emoción que solía tener el animé.
Tampoco ayudó el tratamiento de los personajes femeninos que están estancados en la pasividad absoluta.
En ese sentido resultó una decepción que Yasaka, la clásica piloto del robot Afrodita, quedara relegada a un rol muy secundario donde no tiene demasiado para hacer.
En un momento aparece con el uniforme de batalla que usaba en el primer animé pero los realizadores no la dejan intervenir en la secuencias de acción que están limitadas a los personajes masculinos.
Otro detalle llamativo es que el film mantiene el contenido machista del dibujo animado de los ´70, donde se retrataba como algo normal que un hombre le diera un cachetazo a una mujer para hacerla callar o reprimirla por alguna situación.
Eso no solo está presente en el film, sino que además ahora presentan una especie de androides femeninas sexualizadas que están completamente forzadas en la historia y retrata el perfil más bizarro de la cultura asiática.
Queda claro al ver Mazinger que el concepto del Ni una menos y el movimiento Time´s Up no llegó todavía a Japón o por lo menos a las oficinas del estudio Toei.
La paradoja de esta situación es que Koji Kabuto, que tenía un problemita con la violencia de género, ahora aparece con un perfil maduro y reflexivo que genera más empatía que su versión juvenil.
El paso del tiempo lo hizo evolucionar y su temperamento es menos explosivo.
En lo personal recomiendo ver Mazinger con su idioma original y subtítulos, ya que el doblaje latino es bastante mundano y le resta bastante al film.
Al margen de estas objeciones, el regreso del más grande robot de la animación japonesa se disfruta mucho en el cine y no defraudará a los fans más veteranos del personaje.