Masacre en Texas 3D

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Una vuelta para empezar de nuevo

La historia regresa a la versión original a fuerza de citas y clichés, pero consigue su rumbo.

El espectador recién iniciado o aquel que no ve más que los estrenos, tal vez no conozca El loco de la motosierra (The Texas Chainsaw Massacre, 1974) de Tobe Hopper. Esa película que cambió para siempre la historia del cine de terror tuvo luego dos secuelas y una remake y algunas desviaciones más. Para quienes sólo hayan visto la remake, la importancia de Leatherface y su familia en la historia del cine resultará nula. La remake se pierde en el montón, no es ni por asomo un clásico. No por nada esta nueva historia que se cuenta en Masacre en Texas 3D intenta ir de lleno hacia la historia original y pasar por alto cualquier secuela. Lo curioso es que a fuerza de citas, juegos, clichés y 3D, la película consigue encontrar su rumbo. Asombrosamente la segunda mitad de la película es mejor que la primera. Y hasta se da el lujo de imitar la vorágine de violencia de la primera, es decir que luego de preparar el terreno comienza la matanza y ya no se detiene más. Claro que no tiene categoría de clásico, pero la presencia de cuatro de los actores del elenco original haciendo pequeños papeles sin duda delata el cariño real por aquel inolvidable clásico. El 3D sirve, como podrán imaginar, para jugar con la motosierra y si se sientan en una fila bien alejada de la pantalla podrán ver como en una escena toda la platea se agacha al mismo tiempo. Aunque derive de la más pura tradición gore y haya escenas terribles, este film homenaje al clásico sin duda es post Tim Burton. O dicho de otra manera: la monstruosidad no está siempre y únicamente en los monstruos. Y a no irse hasta el final de los títulos. Una última escena queda por ver, y vale la pena.