Martirio satánico

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Sin el típico gusto francés…

Esta remake del elogiado film galo resulta frustrante en casi todos los terrenos.

Martirio satánico es la remake estadounidense de Martyrs, aquel film francés de terror dirigido por Pascal Laugier que en el Festival de Cannes de 2008 sorprendió a propios y extraños por su virulencia e inteligencia. Poco queda de todo aquello en esta versión cosecha 2015 autolimitada a la mera acumulación de las recurrencias más habituales del cine de género de esta década.

Dirigido por los hermanos Kevin y Michael Goetz, los mismos de ese hit indie que fue Scenic Route (2013), el film comienza con la huida de una nena de 10 años del depósito donde había estado secuestrada. Una década después, la señorita, perseguida por las consecuencias psicológicas de su cautiverio y con Anne como única amiga, se dispone a tomarse revancha volándoles la cabeza a todos los integrantes de aquella familia.

El problema es que esa familia era apenas la punta del iceberg de una suerte de organización fanática de los martirios. El desplazamiento a este nuevo eje no hace más que mostrar la hilacha del film, lo que para los Goetz parece ser lo más importante: la tortura, el placer de la destrucción de la carne. Así, todo el trasfondo religioso y místico termina diluido en medio de un río de sangre. Mismo río por el transitan nueve de cada diez películas egresadas con honores de la escuela de Hostel.