María Callas: En sus propias palabras

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

En su debut absoluto en la dirección de largometrajes, este reconocido fotógrafo francés reconstruyó tras más de cuatro años de incansable investigación el universo artístico y privado, así como las múltiples facetas y contradicciones de la legendaria cantante lírica (1923-1977). El resultado es un documental fascinante e hipnótico, una bienvenida rareza en la cartelera comercial argentina que no conviene que dejar pasar.

Las biopics son moneda corriente en la cartelera. Grandes figuras de todas las disciplinas han tenido películas dedicadas a sus vidas y obras que casi siempre resaltan sus facetas más conocidas. En ese contexto, María Callas: En sus propias palabras es una de las biopics más originales de los últimos años, un monumental trabajo de archivo que recupera –literalmente- la voz y la forma de pensar de una de las cantantes líricas fundamentales de la historia de la ópera.

Quizás la mejor forma de definir al primer largometraje del también fotógrafo Tom Wolf sea “biopic-documental”. Durante cuatro años recorrió el mundo buscando material sobre la artista, desde filmaciones inéditas en Súper-8 hasta entrevistas televisivas, pasando por fotos y cartas escritas por ella (que en la película son leídas en off por Fanny Ardant) a sus amigos y al gran amor de su vida, Aristóteles Onassis. En el film desfilan o hay testimonios de archivo de Marilyn Monroe, Alain Delon, Yves Saint-Laurent, John Fitzgerald Kennedy, Luchino Visconti, Winston Churchill, Grace Kelly, Liz Taylor, Pier Paolo Pasolini, Omar Sharif, Brigitte Bardot, Catherine Deneuve y Jean Cocteau, entre muchos otros.

Durante casi dos horas, María Callas: En sus propias palabras va hurgando en los distintos pliegues de su vida. Una vida narrada en primera persona mediante un cuidadoso trabajo de edición que mixtura fragmentos de sus shows y su vida pública (hay innumerables imágenes de ella bajando de aviones rodeada de fotógrafos y periodistas) con otros en los que se descubre una personalidad frágil y solitaria, apesadumbrada por la exposición que conlleva la popularidad.

Sus orígenes, las consecuencias de la guerra, su vida en Nueva York, sus intensas relaciones amorosas y el dolor por las traiciones son reveladas a través de la magnética voz de Callas, cuya arremolinada rutina estaba más cerca del ideario rockero que del de la ópera. El resultado es un documental fascinante e hipnótico, un pequeño milagro en las salas argentinas que conviene no dejar pasar.