Mamá

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Cuando el horror tiene rostro de niño

Un aciago día, un hombre -padre de dos pequeñas hijas- asesina en un rapto de locura a su esposa y escapa con las pequeñas hasta una lúgubre cabaña ubicada en medio del bosque. Mientras el hombre se esfuma misteriosamente, las hermanitas Victoria y Lilly desaparecen del vecindario en el que vivían y por cinco largos años su tío y la novia de éste las buscan desesperadamente. Finalmente, tras una empecinada investigación, la pareja las halla en un derruido caserón y se pregunta si todo ese tiempo lo han pasado solas.

Mientras Annabelle, la novia del tío, intenta que las niñas se acostumbren a una vida normal, aumentan sus sospechas acerca de una presencia maligna que se instaló en la casa de la pareja. ¿Qué sucede en realidad? ¿Las hermanas están transitando por un momento de pánico traumático o un espíritu llega cada noche a visitarlas?

Cuando la pareja trata por todos los medios de que las muchachitas se vayan acostumbrando a una existencia placentera, irá descubriendo el verdadero origen de los susurros que se oyen cada noche y de una fantasmal figura que aparece y desaparece a través de las paredes. Así comenzarán a reconstruir el pasado de sus sobrinas, mientras que ellas se ven acorraladas por un inmenso temor que las convierte en seres difíciles de comprender.

Con esta fórmula no demasiado original en el género del thriller sobrenatural, el director argentino Andy Muschietti logró una historia -basada en un cuento de su autoría- que lentamente va logrando el requerido suspenso que necesitaba este entramado, hasta llegar a un final tan dramático como inesperado. El realizador supo manejar con habilidad los secretos que encierran sus pequeñas protagonistas y dotar a su relato de la necesaria dosis de espanto, cuyo eje es, en definitiva, el pasado de esas hermanas que tratarán de hallar en sus protectores el cariño de sus padres ausentes y la calidez que le brinda su nuevo hogar.

Con unos efectos especiales bien logrados y una más que correcta fotografía, esta coproducción entre España y Canadá se inserta con el necesario clima a partir tanto del trabajo de las dos pequeñas protagonistas como en esa pareja de jóvenes que tratará de descubrir el misterio que llevan sobre sus espaldas las niñas. Así, el elenco acompaña acertadamente esta historia que habla de horror, pero también se detiene en la mirada cálida de ese tío y de su novia, quienes no cejarán en su intento de descubrir un pasado en el que un espíritu maligno se presenta para cubrir de miedo a esas dos almas inocentes que desean vivir en plenitud.