Magic Mike

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Desnudito por la vida

Al prolífico Steven Soderbergh -26 títulos en 24 años-, cuando no dirige comedia o thriller romántico, le encanta retratar personajes que tienen fuertes principios, o buscan un sentido en sus vidas.

Al Mike de Magic Mike de día le pagan sus jornales trabajando en la construcción. De noche, de ahí sus ojeras, exhibe su musculoso cuerpo semidesnudo en un local de strippers. La paga es mayor en sus tareas nocturnas, por lo que el espectador se preguntará para qué arregla techos cuando sale el sol. Es que debe conocer ahí a Adam (Alex Pettyfer), y llevarlo al mundo de la noche. Era por eso.

Channing Tatum, el protagonista, antes de entrar a Hollywood ( Step Up, camino a la fama, G.I. Joe) y ser modelo, fue stripper. Conoce el mundo y es coproductor del filme.

Magic Mike puede parecer menos pacata de lo que en verdad es. Su protagonista tiene un sueño, el que alimenta con los dólares que junta cada noche: abrir su negocio de muebles de artesanía. La dupla Soderbergh/Tatum esboza más que plantea que si todo no se compra y todo no se vende, algo se puede vender hasta alcanzar lo suficiente para hacer lo que uno quiera. Es discutible.

Magic... también es la historia de ese muchacho naif, que de a poco se sumerge y le cuesta emerger del show business del strip tease, porque a diferencia de Mike, que sabe que el fin justifica los medios, por lo que el medio no debe deglutírselo y terminar siendo como Dallas (Matthew McConaughey), el dueño del local, Adam cuando empieza a contar los billetes que las damas le dejan en su tanga, advierte que hay otra manera de volverse más rico -la droga-.

Soderbergh no mira a las mujeres que miran, sino que detiene su cámara sobre el escenario, en bambalinas y en la intimidad de los strippers. Se detiene en el narcisismo -y también en las rutinas de strip, que seguro harán transpirar un poco a las señoritas y señoras de la platea-, pero no termina de decidirse por desnudar lo que hay en ellos, o que todo sea un cuento con moraleja incluida. Porque empieza siendo casi una comedia, y muy divertida, hasta que se pone más oscura y dramática. Como si Mike y Adam fueran dobles de cuerpo.