Luz silenciosa

Crítica de Pablo Planovsky - El Ojo Dorado

¿Amor que destruye?

Las primeras imágenes de Luz silenciosa, nos dejan embriagados de su belleza. El formato de la pantalla está aprovechado al ciento por ciento. Se nota la calidad técnica y visual que nos acompañará el resto del relato. Además establece el ritmo y el clima de la película. Bueno, casi. El principal problema con esta lenta, climática y bella obra, son los excesos que tiene. Si usted, querido lector, pudo conectarse emocionalmente con los personajes, excelente. Seguramente debe haber disfrutado mucho más la película. No es este el caso.
Luz silenciosa es la historia de un hombre que se enamora de otra mujer, aún cuando está casado y tiene una numerosa familia. Todo se acentúa porque pertenece a una colonia de menonitas que viven en México. Los menonitas son comunidades agrícolas muy tradicionales (los moderados apenas utilizan coches y medicina científica, pero no medios de comunicación masivos) y férreamente sujetos a su religión. La película intenta transmitir estas cosas. Por ejemplo, hay una secuencia donde el protagonista habla en plautdietsch (diálecto germánico que viene de Frisa y es cercano al holandés medieval y al flamenco), al rato en castellano, mientras canta una típica canción de música country (género, por antonomasia, de Estados Unidos). Es bastante interesante, más que nada por ver como viven estas comunidades/colectividades muy cerradas. Parece casi otro planeta. O mejor dicho: parecen anacrónicos.
El otro tema, el principal, es el amor. Johan, el protagonista (interpretado por el actor no profesional Cornelio Wall) que verdaderamente sufre por este affair. Más que importar la trama en sí, todo el relato nos hace sentir esa pesadumbre que sufre Johan. El problema, y créanme que odio estas frases, es que todo está demasiado "afectado". A ver: una de las críticas que se le hizo a La cinta blanca (algunos podrían buscar alguna comparación con esta, sacando la malicia en los personajes de Haneke) era, justamente, que parecía hecha para los premios. Caía en todos los lugares comunes del "cine arte" para Hollywood. Incluso la fotografía de ese film es en blanco y negro. Con Luz silenciosa pasa algo parecido y es lo que no me termina de convencer:
Está bien: Reygadas es virtuoso con la cámara, y los planos secuencias, los encuadres, todo es muy bonito. Incluso los actores no profesionales quizás sean los mejores de su corta filmografía. Pero se supone que un film nos provoque algo más. No es este el caso. La duración se siente y resiente. Una película no es la suma de sus partes, sino el total. Y este crítico quedó impávido. Sin emoción. Se supone, como decía Truffaut, que un film exprese el regocijo o la agonía de hacer cine. El 6 creo que expresa lo que yo sentí al ver esta película.