Los tres mosqueteros

Crítica de Damián Serviddio - Suplemento Espectáculos

En su época de gentiles caballeros al servicio de Francia, los mosqueteros Athos, Aramis y Porthos robaron con la ayuda de Milady (Milla Jovovich) los diseños de una aeronave de alta seguridad diseñada por el maestro Leonardo Da Vinci. Traicionados por la damisela, quien se ofreció al mejor postor entregando los planos al lord inglés Buckingham (Orlando Bloom), los tres guerreros cayeron en la desgracia y en el olvido.
Tres años después, el adolescente D’Artagnan viaja a Paris para cumplir su sueño de convertirse en mosquetero y encuentra al trío sin una cusa justa por la cual pelear. Cuando descubren que el Cardenal Richelieu (Christoph Waltz) trama una conspiración para derrocar al rey Luis XIII, los cuatro protectores de la corona francesa se unirán bajo el espíritu del “todos para uno y uno para todos”.

Apenas inspirada en la obra de Alejandro Dumas, esta cinta dirigida por Paul W.S. Anderson tiene las dosis justas de aventura, humor, acción y romance. Pensada para todas las edades, las majestuosas locaciones y el lujoso vestuario impactarán a los adultos tanto como los combates harán lo propio con los niños. A pesar de ser una historia clásica, los guionistas la dotaron de detalles modernos: artefactos misteriosos, piezas de relojería que harían babear a cualquier investigador privado y barcos voladores. La utilización del 3D es más efectiva para aumentar la profundidad de campo que para el lucimiento de los objetos y los actores. La composición que Bloom realiza de Buckingham tiene tanto del capitán Jack Sparrow de Johnny Deep que podría considerarse un sutil homenaje.