Los salvajes

Crítica de Juan Carlos Fontana - La Prensa

Una poética de la resistencia

"Los salvajes" carece de textos y cuando sus protagonistas hablan, casi no se entiende lo que dicen, pero eso no parece haber sido de esencial importancia para el director, quien intentó mostrar lo hostil que puede ser la vida con aquellos a los que la sociedad expulsa sin contención alguna.

Alejandro Fadel fue el coguionista de Pablo Trapero, en "Elefante blanco", "Carancho" y "Leonera". "Los salvajes" es su "opera prima" y con esta película demuestra una rara intensidad poética.

Fadel a través de sus imágenes y su muy estudiada puesta en escena, construye un mosaico de situaciones que aluden al artificio de lo primitivo, de los aspectos más instintivos del hombre: robar, cazar, o intentar conquistar un territorio ajeno, con el fin de lograr la propia subsistencia.

"Los salvajes" es un filme curioso y difícil de digerir para el gran público, porque el que la ve tiene que predisponerse a "mimetizarse", con ese tiempo tenso y calmo a la vez que viven sus protagonistas. Instantes que por momentos parecen rozar la muerte, pero que aluden a la simple idea de resistir a la imponencia de la naturaleza.

UNA "ROAD MOVIE"

La historia tiene algo de "road movie" existencial. Cinco chicos -cuatro varones y una mujer-, escapan de un orfanato del interior del país.

Juntos atraviesan sierras y llanuras, se bañan en un río, se pelean, se amenazan, matan para comer y van disponiendo de sus vidas, como pueden, aceptando y rechazando lo que el indomable destino les propone.
A veces roban, matan a alguien, consumen drogas y van tiñendo el paisaje de una presencia que en las grandes ciudades se cataloga de temible, de emarginal.

LA TRAVESIA

A lo largo de la travesía algunos van a lograr cumplir sus deseos, depende de las circunstancias. La mujer (Sofía Brito) es la que parece dar con el más simple instinto de preservación, se une a un hombre mayor, que le da casa, amor y comida.

El resto queda librado a su propia animosidad, (Leonel Arancibia, Martín Cotari, César Roldán y Roberto Cowal) de algún modo, sin expresarlo, intentan construir a su manera una forma de vida, o tan solo sentirse acompañados.

"Los salvajes" carece de textos y cuando sus protagonistas hablan, casi no se entiende lo que dicen, pero eso no parece haber sido de esencial importancia para el director, quien intentó mostrar lo hostil que puede ser la vida con aquellos a los que la sociedad expulsa sin contención alguna.