Los que aman, odian

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Una historia de pasiones desatadas que convocan con igual intensidad el odio y el amor en un lugar sofisticado, alejado del mundo y aislado por tormentas de arena. En un entorno de esa naturaleza Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares imaginaron que una mujer hermosa, seductora serial, empeñada en agradarle a todos los hombres, en usarlos como juguetes eróticos, provocaría un destino de tragedia que deriva en una intriga policial. Alejandro Maci con Esther Feldamn adaptó el material y luego dirigió con mano segura y buenos interpretes, una ambientación perfecta (la casa de Victoria Ocampo), un vestuario de buen gusto, efectos especiales al servicio del argumento y como resultado una película que entretiene y atrapa al espectador. Maci le prestó atención a todos los detalles, desde un especialista en costumbres de la época que marco gestos, maneras de moverse, hasta la seguridad de un clima generado por Ocampo que ya visito en su opera prima “El impostor”. Guillermo Francella acierta el tono de ese doctor homeópata ordenado y previsible frente a una mujer que lo desarma. Luisa Lopilato es toda una revelación con mujer fatal que desata su sensualidad. Se entrenó y preocupó por su personaje con mucho ahínco y los resultados están a la vista. Igual de ajustado luce todo el elenco. Sofisticada elegancia y bajos instintos, un cóctel que atrae y que seguramente tendrá mucho éxitos.