Los pingüinos de Madagascar

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Aves espías sólo para chicos.

Luego de tres películas como actores de reparto, varios especiales de TV y una serie propia, los ya famosos Skipper, Kowalski, Rico y Private (por soldado raso) juegan de titulares en la pantalla grande, con gran salida comercial en medio mundo, en 3D, y a una velocidad que ningún otro pingüino podrá alcanzarlos. El de "Happy Feet" ya es historia.

Como corresponde, la película empieza por el comienzo: la infancia de los susodichos amigos. Sin entrar en detalles, baste decir que nacieron cancheros y sobradores. Y ya vamos saltando a la gran aventura que los convoca para este film. Que es un film de espionaje a lo James Bond, de acción intermitente, con un supervillano, gadget diversos, vueltas por el mundo, capturas, rescates, enfrentamientos, hecatombes, etc., etc., pero sin pingüinas.

Nada de andar sospechando cosas raras. No hay romance (sea de una noche polar o una noche tropical) porque no hay interés en distraer a los niños con cosas que todavía no les interesan. Esta es una película para niños. Sólo para ellos. Porque sólo ellos pueden recibir tanta catarata de enredos sin cansarse ni aburrirse. El problema es que después salen de la sala cargados de energía y uno debe andar sujetándolos con ocho brazos igual que el malo de la película, que es un pulpo.

Director, Eric Darnell, que escribió y dirigió las tres de "Madagascar", y junto con Tom Mc Grath hizo los caracteres que dieron nacimiento a todos estos bichos. Codirector, Simon J. Smith, responsable de aquel plomo de la abeja que lleva a juicio a los vendedores de miel, y de un corto con el personaje de Megamind, modelo del malo que ahora vemos. Así es, esta gente se copia y se repite.

Un dato curioso: en la versión original, que algunos espectadores bajarán de Internet, John Malkovich hace la voz del personaje llamado Dave, y Werner Herzog la voz de un documentalista que está registrando a los pingüinos al comienzo de la historia.