Los pingüinos de Madagascar

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Infantilmente correcta

La franja etaria a la que apunta esta aventura animada -spin off de la franquicia de Dreamworks Madagascar- que también ha tenido un exitoso paso por la serie televisiva con una tercera temporada por la cadena Nickelodeon es aquella conformada por el público infantil hasta los doce años aproximadamente.

En sí mismo, eso no significa que no pueda disfrutarse porque si hay algo que caracteriza a este film dirigido por la dupla Eric Darnell y Simon J. Smith es el ritmo vertiginoso y la batería de gags aplicados al servicio de la acción, aunque a veces con intentos de un estilo más relacionado con cómicos como Abbott y Costello para los chistes sofisticados y en cuanto a los gags físicos las influencias notorias de Los tres chiflados, entre otros.

El grupo de guionistas John Aboud, Michael Colton, E. Darnell, Tom McGrath y Brandon Sawyer supo acomodarse a las exigencias y el desafío de convertir en largometraje una premisa, que por su sencillez podría haberse explotado con más eficacia en un cortometraje. A ese recurso narrativo de sumar subtramas a la historia central, que no es otra que la venganza de un antagonista de los pingüinos, el pulpo Dave, quien fuera opacado en el pasado por estas aves exóticas y relegado en su condición de atractivo de zoológico, se amolda otro comando de elite integrado por un lobo, un oso polar y dos búhos que funciona como contrapeso del grupo pingüinil encabezado por Capitán, Kowalski, Rico y Soldado.

El arranque de la película se encarga de darle respuesta al origen y lo hace de una manera creativa al tomarse en solfa la moda de los documentales sobre pingüinos, pero además marcando la diferencia entre el líder del grupo y el resto de la manada cuando se pregunta cuál es el sentido de marchar en la tundra ártica y así proclamarse en contra de la naturaleza para salir a buscar nuevos horizontes y de esta manera enfrentarse a peligrosas misiones.

Así las cosas, a pesar de caer a veces en algunas planicies que desaceleran el vértigo impulsado desde los primeros minutos, Los pingüinos de Madagascar consigue mantener la atención de los más pequeños y no aburrir a los padres, tutores o encargados, quienes sabrán reconocer esos guiños cinéfilos de siempre, así como la justa duración que no excede la hora y media.

Si es posible verla en el idioma original el plus lo constituye la riqueza de voces entre las que se destaca John Malkovich que da voz al pulpo villano y Benedict Cumberbatch que da vida al lobo que lidera la fuerza de elite que compite por atrapar a Dave.