Los padrinos de la boda

Crítica de Marisa Cariolo - Loco x el Cine

De la mente creadora que dirigiera aquella memorable y peculiar película que fue Las aventuras de Priscilla: Reina del desierto, Stephan Elliot, llegó a la cartelera porteña.

Los padrinos de la boda es una escatológica comedia australiana que, aun viniendo precedida por la fama de sus productores, los encargados de dar vida a la original Muerte en un Funeral, no sorprende con su propuesta

David (Xavier Samuel uno de los vampiros “ malos ” de la saga Crepúsculo) conoce a Mia (Laura Brent) en un viaje de vacaciones y juntos viven un intenso romanc , el amor es tal que ambos se embarcan en la aventura de casarse pese al poco tiempo que se conoce . Así él volverá a su tierra natal para anunciarle a sus amigos la noticia e invitarlos a las tierras australianas para que oficien de padrinos del enlace.

A partir de entonces comenzará una alocada carrera que incluirá drogas, toques de zoofilia, escatología en elevadas dosis y mucha incorrección política, en la que el joven novio deberá conciliar los vicios ocultos de sus amigos con la familia de su novia.

La madre de la novia (una casi irreconocible Olivia Newton John) tratará de ser la conciliadora entre el férreo padre y la ilusionada novia que tal vez empiece a temer la apresurada decisión.

Mas cercana en el estilo y la impronta a Damas de honor, donde el chiste obvio y escatológico está a la orden del día, el film se erige como un entretenimiento valido para los amantes del humor físico, sin demasiadas innovaciones y con un incesante desfile de gags.

Un film que como el amor se siente o no se siente. Una cuestión de piel cinéfila.