Los Muppets

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Maravilla nostálgica que busca reinventarse

A Jim Henson lo llevamos en el corazón. La verdad es que con toda esta cosa de revisar su legado ahora que vuelve a cobrar actualidad, se agiganta su figura a la distancia. Titiritero de profesión, el hombre demostró que podía transmitir emoción a través de marionetas hechas con materiales simples, cosa impensada en su tiempo y mucho más aún hoy en día. Los Muppets forman parte de la memoria colectiva y su éxito tiene relación directa con haber encontrado un potente mix entre el humor simple y absurdo de su troupe y la magia del mundo de fantasía que lograron crear. Los más grandes nos reíamos con su show a través de las alusiones al mundo del espectáculo que eran el fuerte del envío y lo jugoso de los contrapuntos de los personajes principales, pero los más pequeños (en aquellos tiempos) se acercaban a ellos a través de la fascinación que ejercían las marionetas en su representación mental. Fantasía pura. Amalgama perfecto.

Eso sucedió entre 1976 y 1891 cuando su show los catapultó a la fama. Luego, Henson logró llevarlos a la pantalla grande en varias ocasiones e incluso también hubo especiales para la televisión. A la edad de 53 años, el hombre detrás de los Muppets, nos deja y con él, muchos pensamos que ese maravilloso universo perdería fuerza. Su sello personal ya no estaría presente y la pregunta era simple, se repetía en cada fan: podrían sus criaturas sobrevivir sin la fuerza que le imprimía su padre?

Lo cierto es que más allá de lo desparejo de algunos tramos de su programa, su frescura hacía pensar que podían volver con el apoyo adecuado. En 2004, Disney decidió que era hora de incorporarlos a la factoría y cerró trato con los herederos de Henson: los Muppets pasarían a formar parte de la escudería del Nro 1 en cuestiones infantiles. Pasaron los años y ahora llega a nuestras salas el primer intento de su flamante productora de reinstalarlos en el mercado. Si bien es prematuro hacer números sobre cómo les fue en EEUU, (no tan bien como esperabamos), lo cierto es que la industria festeja su regreso con entusiasmo. El público? Bueno, ese es otro cantar...

La película fue celebrada por la crítica internacional y si bien, en líneas generales, coincido con muchas de sus visiones, lo cierto es que la trama de "The Muppets" es muy básica. Lineal, sin muchas sorpresas. Arranca con una pareja de hermanos, Gary (Jason Segel) y Walter, que van creciendo juntos. Este último, en realidad, es un muppet clásico, y como tal, está medio desenfocado en el mundo humano. La verdad, son dos aparatos porque el primero intenta siempre sobreprotegerlo y eso genera situaciones entrañables y bizarras. La cosa es que, Gary tiene novia, Mary (Amy Adams) y quiere llevarla a conocer Los Angeles en su aniversario de pareja, pero no tiene mejor idea que invitar a Walter para que los acompañe en el viaje, cosa que él agradece mucho ya que su sueño es conocer el estudio donde los Muppets trabajaron en su época, ahora lugar turístico en dicha ciudad.

Al llegar, se dan cuenta de que "el museo", no va muy bien. Y encima, dan con un empresario sin escrúpulos, Tex Richman (Chris Cooper) que piensa destruirlo porque cree que hay petróleo debajo de él. Según el papelerío legal, debe esperar que los dueños anteriores no reunan cierta cantidad de dinero para poder disponer del lugar, cosa que descuenta que saldrá de acuerdo a sus planes. Pero Walter, que andaba por ahí, escucha el relato y decide buscar a Kermit (René) y avisarle lo que pasa.

Cuando el líder de la banda entienda la importancia de lo que hay en juego, tomará la decisión de ir a reunir al resto de sus viejos compañeros de escena y rearmar el show para venderlo a alguna cadena televisiva. Tarea nada fácil porque el tiempo ha pasado y cada uno de los Muppets está en un lugar y una circunstancia distinta...

Tuve la experiencia de estar en una sala con chicos viendo la cinta (y con mi hija de 5 entre ellos), y todo el tiempo observé sus reacciones. Lo primero que debo decirles, es que si bien "The Muppets" es una película que se vende como para toda la familia, los que más la disfrutarán son los padres. La nostalgia va increscendo a medida que los personajes se van subiendo a la aventura. Hay humor pero está plagado de guiños para fanáticos y seguidores, hay más risas entre los adultos que en el público menudo y eso se vuelve visible cuando promedia el metraje, algunos chicos pierden interés.

No es que no sea una película divertida, lo es, sólo que quienes vimos el show en los setenta y ochenta conocemos rasgos y fortalezas de cada integrante del grupo, por lo cual ante cada aparición, el festejo se desata, pero los chicos no logran una conexión plena con Kermit y su banda y es bueno que lo sepamos a la hora de organizar la salida al cine. Quizás si en Argentina se pasará el show de los Muppets, tanto como otros, se lograría una mayor llegada que apoyaría la llegada de esta película.

Eso sí, como Disney sospechaba esto, salpicó de estrellas juveniles la cinta, llenándola de cameos de gente muy conocida para ese sector del público, Selena Gomez, Rico Rodríguez, Neil Patrick Harris (de The Smurfs), Jim Parsons...(y hubo varios como Lady Gaga que cayeron en la edición que ven en los cines). Hay otros actores de peso que no vamos a anticipar (que están muy bien, por cierto) y que aportan para intentar la conexión de los muñecos con su potencial nueva audiencia, pero quizás un guión más amplio y otro tipo de actores mucho más chicos hubiese ayudado más a ese fin.

Me gustó y la disfruté mucho, a pesar de que la ví doblada. Advertencia importante, en las canciones, la película pierde mucho. Pero mucho eh! Hay frases que no riman, adaptaciones no muy felices... Quienes la vieron en inglés dicen que es el único idioma para verla. Prometo hacerlo nuevamente, solo, en alguna función nocturna. Los cuadros musicales que pueblan el film no lucen en castellano y empujan la nota hacia abajo, así que restale a la nota un punto si la vez en nuestro idioma.

Lo bueno es que los Muppets están de vuelta. Y no es poco eh!