Los Muppets

Crítica de Marcelo Cafferata - Revoleando Butacas

Recuerdos de la infancia I: Manha Manha!

James Bobin (en su debut en la pantalla grande) toma las riendas, dentro del imperio Disney, para volver a traer al cine a quienes fueran un super exito durante la década del '80 y aún antes, la genial creación de Jim Henson: "Los Muppets".

El argumento se detiene en Walter, el fan número uno de los Muppets quien sueña con conocer en algún momento el gran Teatro de Los Muppets en Los Angeles. El ha crecido junto a su hermano mirando las desventuras de estos personajes y han formado desde siempre, desde sus recuerdos más entrañables, parte de su vida y no hay cosa más importante en el mundo para él que conocerlos en persona, en sentirse parte de ese universo.

Su hermano Gary (Jason Segel el de "I love you, man", "Forgetting Sarah Marshall" y de la serie de televisión "How I met your mother", quien además asume el rol de guionista de la película) planea un viaje con su novia Mary (Amy Adams, quien ya había trabajado para la factoría Disney por ejemplo en "Encantada") para ir de su pueblo de Smalltown a Los Angeles. Una pareja que destila un surbarayado corte naif casi parafraseando a las parejas Disney y Gary piensa que ese viaje puede ser la gran oportunidad de que Walter conozca a sus ídolos, aún cuando Mary planeaba un romántico viaje a solas.

Finalmente logran llegar a lo que queda del antiguo teatro de los Muppets, hoy completamente abandonado, siendo la sombra de lo importante y esplendoroso que alguna vez supo ser. Hoy por hoy, sólo le interesa al petrolero Tex Richman (Chris Cooper en un papel de villano de caricatura que le sienta muy bien). Según algunos estudios que realizó su empresa, sabe casi a ciencia cierta que debajo de este teatro podrá extraer petróleo con lo firma un convenio comprando el teatro con un supuesto ánimo de restaurarlo cuando en realidad planea demolerlo.

Apenas se enteran de los planes del petrolero, surge la idea de Walter y de Gary de montar un gran show. Para eso, tiene que volver a reunir a todos los personajes de los Muppets -quizás el fragmento donde van en busqueda de cada uno de ellos y nos enteramos qué camino tomó cada uno es el pasaje más irónicamente autoreferencial del film y muy disfrutable para los más grandes- e intentar recaudar, de esta forma, la suma de U$S 10 millones que son necesarios para re-comprarle el teatro a Richman.

Planteado así el argumento, sólo resta decir que toda la película exhuda un aire completamente "ochentoso" -hay un personaje del robot que es delicioso-, nostálgico, de vuelta a las raíces, de que hemos tenido una infancia hermosa y que dentro de la candidez que mostraban estos personajes, nos han divertido y nos han acompañado haciéndonos reir con sus desventuras.

Lo más interesante del guión y del planteo general de "Los Muppets" es que aún cuando ellos mismos se sienten que ya no son un producto posible dentro de un mercado tan canibal como el actual y piensan en algún momento que el mundo los ha olvidado casi por completo, tienen la posibilidad de ver en Walter y en él, a tantos otros fans que son el génesis de su posibilidad de volver a ser estrellas. Pero el plus más fuerte de la idea es el de volver a las raíces sin necesidad de hacer ningún tipo de concesiones con el sistema, un sistema que de por si resulta expulsivo a este tipo de productos tan fuera de órbita con los que acutalmente existen para el público infantil.

Todo por el contrario Kermit (nuestra adorada Rana René), Fozzie (nuestro adorado Oso Figaredo), la inolvidable Miss Piggy, Animal -el loco de la batería- y Gonzo, entre tantísimos otros, volverán a reunirse para producir un show que respeta en forma absolutamente fiel el espíritu original y distintivo de los Muppets.
Justamente una de las canciones principales del film "Man or Muppet" plantea y condensa el mensaje del film en cuanto a no renegar de lo que uno es, de la escencia de cada uno y de las decisiones de no traicionarse y
seguir lo que indican nuestras percepciones y nuestros sentimientos.

Brillantemente, sin traicionarse a si mismos pero si riéndose de ellos -uno puede divertirse encontrando una catarata de chistes autoreferenciales- juegan con humor a sus momentos de esplendor de antaño y a la pérdida de vigencia que han tenido entre los más menudos (el protagonista de "Modern Family" confunde a la Rana René -o Kermit- con una tortuga Ninja!).
El guión se nutre con guiños a todo Hollywood (referencias a "Kill Bill", a "La guerra de las Galaxias", a los grandes musicales de Hollywood, a "El diablo se viste a la moda" entre tantas otras) que se festejan desde la platea y cuentan, como ha sido marca registrada en su programa, con la participación de importantísimas estrellas del showbizz.

Una hermosa fábula donde los Muppets luchan para volver a tener un lugar, y apelando exclusivamente a reflotar su espíritu original, lleno de candidez, de humor sano, de los mejores gags haciendo uso del slapstick y generando un clima de comedia blanca familiar, notablemente alejados de tanta violencia y humor grosero que hay actualmente en los productos televisivos. Y confirman de esta manera, que siguen siendo una marca registrada de nuestros recuerdos y que tienen plena vigencia para hacer reir a toda la familia, un placer que hoy, butaca con butaca, podemos comenzar a compartir con nuestros hijos.

Y es emocionante ver que tanto ellos, como nosotros, nos estamos sonriendo o riendo a carcajadas con los muñecos más adorables que uno guarda en su memoria. Gracias Muppets!