Los juegos del hambre

Crítica de Juan Campos - Loco x el Cine

Buen comienzo para lo que será una de las sagas más importantes de la década.

Los comienzos del nuevo siglo estuvieron marcados por las sagas. Desde las precuelas de La Guerra de las Galaxias, pasando por Harry Potter y terminando en la Saga Crepúsculo, que tendrá su conclusión el próximo noviembre. Ahora, con el poco interés que hubo en otros intentos de franquicia (Eragon, Percy Jackson, etc), se está buscando desesperadamente una serie que pueda soportar el tiempo y que no se agote después de la primera parte, y al parecer eso fue hallado en Los Juegos del Hambre.

La película está basada en la trilogía de libros escrita por Suzzane Collins, cuyas secuelas (En Llamas y Sinsajo) ya tienen luz verde. De hecho, la tercera entrega se dividirá en dos partes, tal como se realizó exitosamente en Harry Potter y Crepúsculo. En ella, se narra una historia post apocalíptica en un mundo devastado por una guerra nuclear. Estados Unidos ahora es Panem (un derivado del dicho latino Panem et Circences, es decir, Pan y circo), un estado totalitario comandado por el presidente Snow (Donald Sutherland) y dividido en distritos, 12 de ellos habitados por pobres, uno desaparecido luego de una revuelta y el capitolio, el hogar de la burguesía, gente que vive pendiente de las modas y, sobre todo, de Los Juegos del Hambre, un evento televisivo anual en el cual los distritos envían a dos jovenes Tributos (o, mejor dicho, dos sacrificios) para participar en una batalla a muerte.

En esta ocasión, presenciamos la 74ta entrega de los juegos, en donde los Tributos elegidos del distrito 12 son Peeta Melark (Josh Hutcherson) y Primrose Everdeen (Willow Shields), la pequeña hermana de Katniss (Jennifer Lawrence). Al ver esto, la mayor no puede soportarlo y decide presentarse como voluntaria, ya que sabe que Prim no podría sobrevivir a la crueldad del evento.

Peeta y Katniss se conocían desde hacía mucho tiempo, el problema es que ninguno de los dos sabe a ciencia cierta si lo recuerda. Pero si, lo hacen, y con algo más que cariño. Esto, claro, no le gusta nada a Gale (Liam Hemsworth), su mejor "amigo", pero nada puede hacer, y ahora sólo rezará desde afuera para que Katniss salga viva de la carnicería.

Así, 24 Tributos salen al campo de batalla, pero lo que Katniss no sabe es que no sólo estará ahí representando a su distrito, sino que será la punta de flecha de algo mucho más grande, algo que movilizará a los pueblos y hará que la pasividad contra el régimen de Snow sufra un quiebre histórico.

Los Juegos del Hambre (The Hunger Games, 2012) es una película de Gary Ross con un condimento especial: su director de segunda unidad fue nada más ni nada menos que Steven Soderbergh, su amigo personal y que, al parecer, no tenía nada mejor que hacer que filmar unas tomas en los bosques de Panem. El trabajo de ambos no se luce por su brillantez, pero es correcto, y hacen que una película de casi tres horas fluya como si nada, una tarea nada fácil en estos días.

Como comienzo de la saga, Los Juegos del Hambre está muy bien. Tiene algunos problemas, como por ejemplo la casi nula participación del resto del elenco (formado por, por ejemplo, Donald Sutherland, Woody Harrelson, Lenny Kravitz, Elizabeth Banks, Stanley Tucci, Liam Hemsworth y Toby Jones, entre otros), pero es algo entendible, ya que la novela está contada en primera persona por Katniss, por lo que su visión, y lo que pasa en el campo de batalla, es siempre lo primordial. El tema es que, al hacerla cinematográfica, estos personajes deberían haber tenido otro peso, sobre todo el viejo ebrio de Haymitch (Harrelson), el entrenador de los chicos del Distrito 12 y ganador de la 50ta entrega de los juegos.

Lo mejor de la película es que no está sólo dirigida a los teens, sino que no tiene reparos en mostrar sangre y violencia, algo similar a Harry Potter. Además, el mensaje sociopolítico de fondo no es algo para tomar a la ligera, ya que se convierte en el tema principal de la historia, superando por lejos el triángulo amoroso entre Katniss, Peeta y Gale.

Claro, para alguien que ve cine, la comparación con Batalla Real y The Running Man es bastante previsible, pero pese a eso tiene las suficientes diferencias como para no ser un total plagio. La idea está, pero también hay miles de películas sobre, por ejemplo, zombies, y no necesariamente se plagian las unas a las otras. De hecho, la autora Collins dijo que la idea le surgió haciendo zapping en televisión entre imágenes de la guerra de Irak y un reality. Unió todo en su cabeza, y ¡bam!, la idea del millón de dólares.

En definitiva, Los Juegos del Hambre es un gran acierto. Una película divertida, con toques de profundidad y muy bien actuada. Queda ver qué pasará con las continuaciones para confirmar si estamos siendo testigos de un nuevo fenómeno cinematográfico o es solo algo pasajero que quedará a mitad de camino en la segunda entrega. El tiempo y las taquillas dirán.

@JuanCampos85