Los hongos

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

No es fácil ser joven

Un más que digno segundo paso para este joven director colombiano tras su elogiado debut con El vuelco del cangrejo.

Tras su elogiado debut con El vuelco del cangrejo, Ruiz Navia abandona el ámbito rural (y playero) para ofrecer un relato eminentemente urbano. En este caso, describe el mundo de dos adolescentes que comparten, entre otras cosas, su pasión por el graffiti en la siempre viva y convulsionada ciudad de Cali. Ras, que además se dedica al skate, es negro y casi no tiene comunicación con su madre; Calvin, es blanco y está a cargo de su anciana y enferma abuela.

Lo que el director expone -con belleza, sensibilidad y algún dejo de pintoresquismo- son los códigos de esa amistad, mientras afloran su arte, su politización, sus relaciones con las chicas, sus gustos musicales (ven a varias bandas under en vivo), sus problemas con la policía en un ambiente marcado por la represión, las diferencias sociales, los apremios económicos, la religiosidad y las manipulaciones desde el poder.

Más allá de cierto déjà-vu de estos relatos de iniciación con algo de Gus Van Sant y Larry Clark, se trata de un muy buen segundo paso (ganador del Premio Especial del Jurado en la sección Cineasti del Presente de Locarno 2014) de un director de indudable talento.