London river

Crítica de Santiago García - Leer Cine

UNA MADRE Y UN PADRE

Con dos grandes actores y con un sencillo y pudoroso trabajo de dirección, London River cuenta la historia de dos personas que llegan a la misma ciudad en búsqueda de respuestas acerca del destino de sus hijos.

Una madre inglesa no recibe noticias de su hija y comienza a creer que tal vez haya sido víctima de los atentados que un grupo terrorista islámico perpetró el 7 de julio del 2005 en la ciudad de Londres. Viaja entonces hacia la ciudad para buscar esa respuesta y allí se encuentra con una realidad que no es la esperada. Su hija vive rodeada de un mundo islámico, con conocidos islámicos e incluso con estudios en idioma árabe. Esta madre, llena de prejuicios raciales y religiosos, no entiende qué es lo que pasa y entra en un doble estado de temor, primero por la salud de su hija y segundo por darse cuenta de que en lugar de pensarla como víctima, quizás deba pensarla como culpable. A sus temores de madre y sus prejuicios racistas deberá sumársele la figura de un hombre mayor llamado Ousmane, quien desde Francia ha viajado a Londres por el mismo motivo que ella, pero en relación a su hijo. Elisabeth Sommers (Brenda Blethyn) vive literal y metafóricamente en una pequeña isla (pensemos a su vez en Inglaterra como tal) y al llegar a Londres tiene que revisar todos sus prejuicios y reducir finalmente sus ideas al amor incondicional que ella tiene por su hija y que, justamente por ello, podrá comprender que Ousmane tiene por su propio hijo. El azar, el horror, el destino, los colocó en el lugar exacto donde muchos perdieron sus vidas. Que ambos jóvenes tuvieran un vínculo con el Islam y aun así tuvieran un destino semejante al del resto de los habitantes de la ciudad de Londres. Ambos personajes descubrirán que sus hijos tenían un vínculo entre ellos y comenzarán juntos a recorrer un camino y a desarrollar, desde la identificación con el dolor, una genuina amistad.

La reconocida y multipremiada actriz Brenda Blethyn, cuyo rol más memorable sigue siendo Secretos y mentiras aporta una cuota de talento tan poderosa que es imposible no conmoverse con su trabajo. Si ella estalla en lágrimas como lo hace en algún momento del film, no hay manera de descubrir una actuación allí, ella consigue ser el personaje y traslucir el dolor de forma inequívoca. Todo lo contrario, aunque ambos logren el objetivo, que su contracara masculina. El otro increíble pilar de esta película es sin lugar a dudas Sotigui Kouyaté, nativo de Mali, quien falleció este año, a pocos meses del estreno de la película. Su estatura notable y su cuerpo y rostros marcados, son en sí mismo un camino para seguir y comprender el sufrimiento humano.

Pero London River no está sostenida exclusivamente por este dúo protagónico. El director Rachid Bouchareb –productor habitual de los films de Bruno Dumont- busca un tono que no se excede nunca, que plantea incertidumbres humanas, búsquedas y finalmente dolores universales. No llega a hacer una compleja lectura política porque intenta mantener el foco en algo igualmente político que es la igualdad frente al sufrimiento. Tampoco hace un mapa del mundo ni lanza máximas hacia la pantalla. Finalmente, este bello film muestra todo ese dolor en dos figuras maduras, ya mayores, que se deben enfrentar a la posibilidad de que sus retoños hayan desaparecido para siempre. En la explosión extrovertida de ella y en el silencio expresivo de él, está todo el espectro de la gente frente a la muerte. Y la película respeta ese dolor de una forma digna y noble, a partir de las herramientas del lenguaje del cine.