London river

Crítica de Julieta Paladino - Fancinema

Del otro lado

En el contexto de los atentados ocurridos en Londres el 7 de julio del 2005, dos vidas que, a simple vista pueden tener muy poco en común entrarán en contacto para la búsqueda de sus respectivos hijos. Se trata de Elizabeth (Brenda Blethyn), una mujer inglesa y bastante conservadora de una zona rural y Ousmane (Sotigui Kouyaté), un hombre africano que desde hace años trabaja en un parque nacional de Francia y no ha vuelto a ver a su hijo desde que era pequeño.

Rachid Bouchareb nos trae en esta oportunidad otra película que muestra las heterogeneidades que existen hoy en la ciudad de Londres (y en gran parte de las grandes ciudades europeas) con una mirada simple, despojada, en escenarios reales, barrios de clase media en los que se entrecruzan personas de múltiples culturas y proveniencias, en particular la población islámica. Elizabeth recorrerá estas calles totalmente desamparada en su búsqueda, viendo los carteles de las tantas personas que desaparecieron, asustada ante los extranjeros, estos “otros” que ella presume tan diferentes a ella. El miedo, la desconfianza ante lo desconocido y el estado anímico de la protagonista se harán presentes en los movimientos de cámara, que por momentos estará voluntariamente en mano, o al acercarnos su rostro con el uso del zoom, como ahogando la imagen en esos primeros planos casi desenfocados.

El desenlace de la historia será previsible desde un primer momento, inevitablemente los dos mundos de los dos protagonistas deberán encontrarse. Lo interesante de la historia surgirá justamente de este contacto y en la crítica subyacente a una realidad social que genera conflictos y debates en la actualidad: ese lugar temible que el pueblo islámico ha pasado a ocupar a partir del 2001 en el imaginario colectivo de los Estados Unidos, Europa y el mundo.

La película derribará varios de estos demonios mostrándonos que un padre es tal más allá de cual sea su propia cultura, que la religión y la fe son una misma cosa en las diferentes religiones y lo único que al fin de cuentas cambia son los hábitos o el nombre del dios en el cual se cree.

Se destaca la actuación del recientemente fallecido Kouyaté que por su simpleza y por la profundidad de su mirada recibió el premio a mejor actor en el Festival de Berlín del 2009. Otro elemento interesante lo hallamos en el punto de vista que toma esta historia del director franco-argelino, la cual invitará a su audiencia a salir de la sala mirando quienes nos rodean, quienes consideramos diferentes y alejados de nosotros, como pares humanos con existencias paralelas a las nuestras. Una película para el debate y quizás para el análisis de las diferencias y de los conflictos existentes también en nuestra propia cultura.