Lo mejor de nuestras vidas

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Extranjeros en NY

Una comedia romántica tan entradora y divertida como pasatista.

Con esta película el francés Cédric Kaplisch completa una trilogía que inició con Piso compartido y Las muñecas rusas.

Como sucede con los de Antes de…, de Richard Linklater, los personajes van creciendo, lo que en este caso específico no es sinónimo de madurar. Ya pasaron los 40 y las cuestiones, las preocupaciones, los miedos y, ante todo, los vínculos entre sí han ido mutando.

Xavier decide mudarse a Nueva York cuando su ex, Wendy (la británica Kelly Reilly) parte rumbo allí con los hijos de la pareja. Xavier necesita por un lado oxigenar su vida y su trabajo, no cree poder vivir tan alejado de sus dos pequeños hijos y, de paso, no está nada mal instalarse en Manhattan. Ella ya tiene pareja, habita un lujoso departamento con vista al Central Park, todo lo contrario de lo que consigue Xavier.

Por un lado, el filme pasea sobre el eje de las disimilitudes. Xavier pasa por todo tipo de situaciones para establecerse, desde conseguir un sucucho donde dormir hasta tener que casarse con una china para que no lo deporten. Y por si fuera poco, se agrega la visita de Martine (Audrey Tautou), que parece fuera de lugar por como marchan las cosas en la vida del protagonista, pero se verá qué efecto tiene en él. Y en la película.

Kaplisch panea raudamente la cámara por Nueva York, porque no le interesa la postal, sino desentrañar cuál es el pulso de la ciudad. Por eso se centra en relaciones y personajes y no en los hitos turísticos, que pasan desapercibidos.

El cuarteto de actores ya siente como si fueran ellos sus personajes, y eso se nota y se agradece. Tampoco es necesario haber gozado las películas anteriores. El humor está a flor de labios, y los personajes son rápidamente identificables dentro del esquema de comedia romántica que le interesa a Kaplisch.

Romain Duris se come el relato, y las tres mujeres que lo acompañan -hasta la a veces insoportable Tautou, que aquí está extrañamente deliciosa- no desentonan un ápice. Con o sin crisis de los 40, Lo mejor de nuestras vidas, se sabe, está siempre por venir, por descubrirse y por disfrutar, si se siente libre o se deja serlo.