Lo mejor de nuestras vidas

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Lo mejor de nuestras vidas completa la trilogía del director francés Cédric Klapisch, que empezó en el 2002 con Piso compartido y continuó con Las muñecas rusas (2006).
Si bien se puede ver como una película independiente lo ideal es haber conocido las entregas anteriores para disfrutar con más profundidad la historia.
De otro modo, es como si empezaras a ver la serie de Richard Linklater con Ethan Hawke y Julie Delpy por Antes de la medianoche.
La vas a pasar bien igual porque es una gran película pero no te vas conectar con los personajes de la misma manera si no seguiste la cronología de las entregas previas.
Romain Duris vuelve a interpetar al escritor Xavier Rousseau, a quien encontramos en otra etapa de la vida.
Con 40 años y padre de dos hijos, esta vez el protagonista tiene que lidiar con varios flancos de conflicto relacionados con las mujeres que forman parte de su entorno social.
Xavier decide mudarse a Nueva York para estar cerca de sus hijos cuando su ex esposa se instala en esa ciudad.
A los problemas para adaptarse a una cultura diferente y conseguir la ciudadanía norteamericana se suma el hecho que su amiga lesbiana le pide que done su esperma así puede formar una familia con su pareja y la reaparición de Martine, su viejo amor, interpretada nuevamente por Audrey Tautou.
El director Klapisch se concentra plenamente en la comedia de enredos para trabajar el tema de la paternidad, el divorcio y la crisis de la mediana edad que enfrentan estos personajes que fueron creciendo y evolucionando con el transcurso de esta serie.
Películas con estas temáticas la verdad que hay a patadas y Lo mejor de nuestras vidas no propone ningún enfoque diferente que no se haya visto en este género, sin embargo, fue la química especial que se gestó en este reparto a lo largo de los tres filmes lo que permite que uno se enganche con estos personajes y sus tribulaciones cotidianas.
Los espectadores que disfrutaron los capítulos anteriores seguramente van a encontrar una satisfactoria conclusión de esta trilogía que fue muy entretenida y tiene sus seguidores.