Llamas de nitrato

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

¿Qué se esconde detrás de una figura? ¿Sabemos los entretelones de una interpretación memorable?
María Falconetti pasó a la inmortalidad del mundo del arte con la insuperable interpretación de Juana de Arco en La Pasión de Juana de Arco de Carl Dreyer en 1928. Para siempre será recordada como aquella sufrida y penetrante mujer. Pero detrás de esa puesta, había una actriz, con una historia, y un misterio que la envuelve hasta el día de hoy.
El debutante documentalista Mirko Stopar planea desentrañar el secreto detrás de Falconetti, y de esta manera llegar al corazón de lo que fue esa mítica filmación.
Con una voz en off acogedora y permanente se recorre en paralelo la historia de la actriz, nacida como Reneé Jeanne Falconetti, y una suerte de detrás de escena sobre La Pasión de Juana de Arco.
Es poco lo que se sabe sobre la figura, y eso es lo que la hace más atrayente, a la actriz y a la película. Hay pinceladas detectivescas, y una pasión enorme hacia el cine y uno de sus momentos cumbres.
Hay poco material de archivo, hay pocas certezas; y eso solo acrecienta el interés. Stopar recurre a dramatizaciones y fuentes de mitos, hay una delgada línea entre lo que pudo ser y lo que fue.
Hay una idea clara, la elección de Falconetti como la Doncella de Orleans no pareciera ser aleatoria, hay un destino escrito. Con mayor trayectoria en el teatro, recayó en el único papel cinematográfico que la marcaría, de la mano de su director, que buscaba alguien que pudiese interpretar todo el dolor contenido en aquella santa que dio su vida para defender a su pueblo.
María, Juana, ambas mártires, pareciera decirnos el documentalista. El destino quiso que esa actriz, sumida en la ruina financiera iniciara un periplo por Sudamérica, que la llevaría luego de un breve periodo por Brasil, a Buenos Aires, donde terminó sus días a muy temprana edad.
¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué hay tan pocos rastros? ¿Se puede descubrir la verdad? Llamas de Nitrato, de reciente paso por los últimos BAFICI y Festival Internacioanl de Cine de Mar del Plata, plantea más interrogantes de los que puede resolver, y siente que tampoco es necesario hacerlo; que en aquellos misterios que envuelven al arte existe algo de materia.
La propia película La pasión de Juana de Arco sufrió su propio destino, sus copias originales en nitrato fueron presas dos veces del incendio, y su encumbramiento tampoco fue sencillo. Otra vez la figura de Juana de Arco se hace presente en paralelismos
Con más pasión que recursos, Mirko Stopar construye un trabajo que seduce más por lo que cuenta que por lo que puede mostrar. Sin lugar a dudas, sus destinatarios serán los amantes del cine, aquellos que buscan más allá de la superficie y se adentran en los grandes mitos que hacen grande a un período. Para ellos puede ser toda una delicia.