Linterna Verde

Crítica de Lucía Roitbarg - EscribiendoCine

Un superhéroe deslucido

Para todas aquellos ávidos fanáticos de los films sobre superhéroes, el estreno de este Linterna Verde (Green Lantern, 2011) es sin duda un momento para celebrar. Pero una vez que el momento llega, lo ideal sería que esté a la altura de las expectativas. Aquellos seguidores pueden sentir entonces un afecto especial por el film, más allá de sus falencias. Pero para el espectador al que sólo le interesa ver una película sobre superhéroes para divertirse un rato, este film podría ser obviado: como entretenimiento es apenas aceptable.

Hal Jordan (Ryan Reynolds) es un piloto de pruebas. Un joven valiente, con un espíritu arriesgado, aunque con el recuerdo del accidente de su padre -también piloto- perturbándole la mente. Una noche Hal recibe de un alienígena un anillo verde que le otorga poder, que a su vez se recarga con una batería (la linterna del título). La misión de este extraño ser era encontrar en la Tierra a un individuo lo suficientemente idóneo para convertirse en un Linterna Verde, una fuerza espacial intergaláctica que mantiene la paz y la justicia en el Universo y su fuente de energía proviene de la voluntad. El miedo, por su parte, representa lo opuesto, o sea, la debilidad de estos individuos, de la que se alimenta el mayor enemigo de los Linterna Verde. Hal deberá demostrar que, a pesar de desconocerlo, la elección de Albin fue la correcta, y se enfrentará a su peor enemigo: el miedo.

La relación de Hal con el nuevo desafío de ser un Linterna Verde se produce como un hecho casi natural. El extrañamiento es un detalle menor, como si convertirse en superhéroe fuera algo de este mundo. Aparentemente también es incuestionable por qué lo eligen a él. Son algunas incógnitas que dan a entender que el film está pensado sin ninguna problematización y en forma lineal. El director Martin Campbell resuelve las escenas referidas a su transformación de un modo bastante aburrido. La trascendencia de su cambio parecería ser menos importante que la relación con Carol Ferris (Blake Lively), la joven y bella piloto, hija del jefe de Hal, ex pareja del protagonista y su actual objetivo de conquista.

Si bien Hal es un personaje controversial, pues sus debilidades humanas representan su mayor peligro, en el film apenas se destaca ese aspecto. Su condición no lo convierte en el candidato perfecto para ser un linterna verde y eso es un conflicto clave para el personaje. El director se apoya básicamente en el carisma del personaje, y en mostrar de qué manera su nuevo estatus lo ayuda con su conquista femenina. A pesar de tener un personaje tan rico todo se diluye en banalidades.

Podría esperarse, entonces, que los nuevos universos y seres que conoce este héroe novato sean el fuerte del film, marcando la naturaleza de la película desde sus apabullantes efectos e ingeniosas imágenes. Sin embargo, esta esperanza se desvanece por completo y, así como las escenas del mundo humano se tornan chatas, el universo del cómic también se desaprovecha desde lo cinematográfico, pensándolo más bien como una mera ilustración -valga la redundancia- que como un film en sí mismo.

Linterna Verde hace un enfoque meramente comercial, cuasi infantil, sin ninguna búsqueda más que usar un nombre conocido para hacer un film sin ambición. Así como Hal se permite arriesgar su vida, la película hace todo lo contrario. Resulta de esto un film pacato, obvio, y sin vuelo.