Lejos de Pekín

Crítica de Santiago García - Leer Cine

María y Daniel tienen más de 40 años, llevan 8 años casados y no han podido cumplir su sueño de ser padres. Han realizado los trámites de adopción y viajan a una ciudad del norte argentino, para continuar el proceso. Al llegar, la asistente social los acompaña para iniciar el período de vinculación, pero en ese encuentro, tan esperado y deseado, las cosas no suceden como lo soñaban.

La asistente le sugiere a la pareja esperar en un hotel y continuar por la mañana. Durante esa larga noche, María y Daniel comparten sus dudas, miedos e ilusiones. Mientras, en la ciudad, bajo una lluvia incesante, todos se preparan para una evacuación inminente.

Los personajes y las historias que rodean a los protagonistas durante esas horas van dando un marco con momentos poéticos y varias metáforas acerca de la vida y el afecto. Con estos detalles la película adquiere un clima muy particular, como si la pareja protagónica quedara en suspenso, en un extraño limbo en el cual debe esperar una respuesta a su deseo. Los climas son mejores que el resultado total, donde lo poética afecta la narración en varios momentos.