Lazos de sangre

Crítica de Lucía Roitbarg - EscribiendoCine

Corazón valiente

La directora Debra Granik desarrolla en Lazos de Sangre (Winter’s bone, 2010) una historia de supervivencia, un thriller y un retrato sobre la marginalidad. La protagonista Jennifer Lawrence es su principal apuesta, es ella quien lleva adelante el relato. Su rol activo frente a personajes cuasi pasivos la convierten en una heroína natural que sorprende.

En un lejano y pobre pueblo rural del sur de Estados Unidos, Ree Dolly (Jennifer Lawrence), una adolescente de 17 años debe encontrar a su desaparecido padre a punto de ser juzgado por la justicia. A riesgo de perder su casa, entregada como fianza por aquel en su última condena, Ree debe enfrentarse a la verdad que nadie, ni siquiera gente de su familia le facilitará.

La etimología de la palabra protagonista se ajusta con precisión a esta muchacha. Del griego proto (primero) y agon (lucha o partido) se da origen a esta palabra. Porque Ree es ante todo una luchadora, pero no lo es porque sí, sino que su desdichado contexto la convierte en tal. A la adversidad económica y social se suman sus problemas familiares: una madre psíquicamente enferma, un padre drogadicto y ahora desaparecido, y dos hermanos menores de quien hacerse cargo. Estas circunstancias determinan que Ree asuma un rol prácticamente masculino: debe defender a su familia, cuidar a su madre, salir a cazar algún animal para la cena, y ahora hacerse responsable de la búsqueda de su padre.

Lazos de sangre no escapa al melodrama pero comienza adquirir una estructura policial cuando la investigación de Ree se perfila como un lugar cada vez más turbio y peligroso del que podría no salir ilesa. En un pueblo enviciado por las drogas, el alcohol y la miseria, Ree posee valentía, dignidad e inteligencia. Estas virtudes la enaltecen y la convierten en un obstáculo para aquellas personas que por alguna razón no perdonan a su padre. Los indicios que se van creando sobre su paradero crean una intriga que agrega cierto suspenso. Sin embargo el film no explota a fondo ese camino porque en los silencios cómplices con los que se cruza Ree está todo dicho y no hace falta buscar más allá. La desesperada lucha de la joven es ahora para sobrevivir.

Al retratar también la imagen de la marginalidad, el lado oscuro de la sociedad, la película logra por momentos aturdir. De alguna manera todos se parecen en su forma miserable de actuar. La vida que lleva Ree y su familia es triste y deprimente. Su única salida posible parece ser unirse al ejército estadounidense. Pero abandonar a su familia no parece entrar en su futuro cercano. Gran parte de la elocuencia del film reside en este retrato de un ambiente frío y crudo que parece no dar respiro.

Lazos de sangre es una película que tiene una heroína pocas veces vista. Una muchacha que no baja los brazos ante el miedo y que marca la diferencia en un lugar viciado. Hay momentos de cierta crueldad, pero la crueldad de la vida misma: por ejemplo aquella que hace que una niña de 4 años deba aprender a disparar un rifle. En todo el film no nos compadecemos de Ree, por el contrario nos enorgullece su accionar. Las distintas situaciones que se suceden en esta atmósfera gris y dolorosa aún en su frialdad conmueven. Pero esto se produce casi sin intención y aquí reside una de los principales méritos del film.