Lazos de sangre

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Sórdida, descarnada e implacable, Lazos de sangre es un film que representa de manera cabal las últimas tendencias del cine independiente estadounidense. Dotada de un alto contenido dramático, el film jamás se aparta de un estilo narrativo duro y sin concesiones que en ningún momento intercala pausas que alivien al espectador, alguna línea de humor o al menos una leve sonrisa en todo su metraje. La obra revela la infrecuente capacidad de la cineasta Debra Granik en un género peculiar, que combina un costumbrismo hiperrealista con toques de thriller. Si bien el título en castellano grafica correctamente el espíritu del film, es más estremecedor y metafórico el original Winter's Bone (Invierno en los huesos), apelando a una frase cotidiana acerca del crudo frío invernal de la zona. Aunque no presente nieve, tormentas gélidas ni imágenes por el estilo, tan sólo el frío entumecedor que sin excepciones transmite la gente de la región boscosa de Ozark.
Especialmente cuando enfrentan a la casi adolescente Ree (impecable Jennifer Lawrence), que sólo se propone encontrar a su padre, búsqueda que no responde a un interés puramente afectivo. Ella está a punto de perder la casa donde vive con sus dos hermanos pequeños y su madre depresiva e indolente a manos del fisco, ya que este hombre la puso de garantía y luego desapareció sin dejar rastro. Atravesando los bosques, ella indagará entre sus hoscos y agresivos parientes, desafiando un siniestro código de silencio familiar emparentado con una suerte de honor tribal, que los envuelve y la amenaza. La búsqueda de verdad y redención será inclemente y es el intenso hilo conceptual que atraviesa la trama.
Las homogéneas y verosímiles actuaciones caracterizan personajes curtidos, aislados, resentidos, discriminados y discriminadores, que esbozan diálogos certeros y lacónicos en un inglés provinciano casi ininteligible, en medio de un paisaje agreste e inhóspito que nunca recibe el baño del sol. Una pintura fascinante pero a la vez distante, de un film que no emociona pero atrapa de principio a fin.