Las aventuras de Tintín

Crítica de Nicolás Viademonte - Función Agotada

Tintín y los cazadores del tesoro perdido

A tres años de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal y con más de dos docenas de largometrajes en su filmografía, Steven Spielberg debuta en el sistema de motion capture para traer nuevamente a la pantalla grande al querido Tintín.

Como su nombre lo indica, Las Aventuras de Tintín nos contará cómo el sagaz periodista debe descubrir el misterio que encierra la maqueta del barco Unicornio. Lamentablemente, en la misión que lleva adelante el jopudo dueño de Milú se cruzará con el malvado Sakharine que casualmente busca lo mismo que él.

A diferencia de lo que fueron El Expreso Polar o Beowulf (ambas dirigidas por el gran Robert Zemeckis) que de alguna manera buscaban emular y reemplazar el realismo que impregnan los actores por medio de la captura de movimiento, Las Aventuras de Tintín utiliza ese recurso y lo introduce en una obra con estética comic, dejando de lado el realismo para aprovechar las bondades de la inverosímil exageración. El motion capture tiene contras, como la poca conexión con algunos personajes debido a la falta de expresión existente, pero presenta como grandes bondades el poco límite en la creación y el extremo aprovechamiento del escenario. Un claro ejemplo de esto es la espectacularmente exagerada secuencia de escape de Marruecos, donde sin dudas hubiera sido imposible hacer semejante escena en un contexto "real".

Steven Spielberg vuelve a demostrar que cada película es una clase de narración. Tranquilamente a la mayoría de las obras de este maestro podríamos seguirla sin diálogos y aún así comprenderíamos perfectamente el hilo principal de la trama y justamente Las Aventuras de Tintín no representa una mancha en su filmografía en ese y en ningún otro aspecto. También hay que destacar que el realizador de Munich rescata la esencia del personaje creado por Hergé y lo trae a la gran pantalla en un muy buen film de aventuras, que no abundan por nuestras carteleras actuales.

En el rubro "actuación" hay que destacar nuevamente la brillante labor de Andy Serkis en el papel de Captain Haddock y la de Jaime Bell como el bueno de Tintín, mientras que Nick Frost y Simon Pegg aportan humor con sus apariciones como Thomson y Thompson.

Las Aventuras de Tintín son justamente, aventuras, pero a lo grande. ¿Como solo Steven Spielberg podría haberlas contado? Seguramente, aunque para afirmar eso completamente deberemos esperar la segunda parte que llegará en el futuro dirigida por Peter Jackson.