Las aventuras de Nahuel

Crítica de Rocío González - Leedor.com

El film de Malowicki es la propuesta nacional para estas vacaciones de invierno. De más está decir que una animación argentina de bajo presupuesto no es competencia para los tanques del norte como Cars 2. Pero, por otro lado, en ningún momento se busca alcanzar ese nivel.

La historia se centra en Nahuel, un chico que decide irse de la casa por problemas de violencia familiar, y se encuentra en la calle con el gato Busca como único amigo. El ya de por si adverso mundo callejero se vuelve más cruel con la presencia de un policía abusivo y su perro Brutus. Situado en el barrio porteño y boquense de Caminito, con una estética que recuerda a la serie de Juanito Laguna de Antonio Berni, la única vía de escape a esta marginalidad es la imaginación, que surge de la lectura de leyendas aborígenes. La lectura de este libro encontrado en la basura ayuda a Nahuel a darse cuenta de que su verdadero deseo es reencontrarse con su madre.
Mezclando la técnica de títeres (para los momentos de ‘realismo’) y la de animación (para los imaginados), la película de Malowicki no encuentra un público muy claro: para los más chicos, la temática es muy densa, y las atmósferas son oscuras – de hecho hay algunas referencias al expresionismo alemán en los barrotes de la celda y las sombras en las paredes. Para los chicos más grandes, los muñecos y la animación sin profundidad no son una propuesta tentadora en vista de los artilugios visuales a los que nos tiene acostumbrados el séptimo arte.

Por otro lado, el tono moralizante que se apodera del relato en todo momento parece el resultado de una brecha generacional insalvable entre los realizadores y el público al que intenta dirigirse: en lugar de ponerse en el lugar de un chico de diez años, Malowicki construye el personaje de Nahuel como un adulto esforzándose por parecer chico.

A pesar de todo, los números musicales murgueros son rescatables, acordes al tono popular que muestra la película. En rigor de verdad, el mayor problema del film es tener una idea demasiado ambiciosa para los medios disponibles para llevarla a cabo.