La última locura de Claire Darling

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

La venta de garaje la asociamos a gente madura que se quiere mudar, amiga de la innovación, deseosa de conseguir una buena recaudación para comprar cosas que en su vida siempre desearon. Por el contrario, Claire Darling pone su exquisita colección de objetos y todo su pasado en una venta que decide el primer día del verano, como fruto de una revelación. Una amiga de su hija es la que le avisará a Marie, distanciada de la madre, quien trata de volver a comprar lo que los vecinos se llevan por nada.

En Verderonne, un pequeño pueblo cerca de París, una burguesa de buen pasar parece querer rifar el pasado como un castigo a sus penas o vaya a saber por qué motivos. Cuando Marie, la hija mayor aparezca luego de veinte años de distanciamiento todo se complicará porque recuerdos, decepciones, alegrías, debilidades de una vida larga y rica, la de su madre, comenzarán a ventilarse y a ser revisados.

Estamos ante un filme basado en una novela que Linda Rutledge escribió hace siete años por el que ganó el premio de la Liga de Escritores de Texas ("La última venta de garaje de Faith Bass Darling"). La directora Julie Bertucelli elige a una gran comediante, Catherine Deneuve, que con su particular carisma eleva inmediatamente esta comedia dramática que tiene al pasado y al presente como protagonistas, en un entrelazamiento que define una personalidad luminosa y compleja como la de la señora Darling.

VIAJE EN EL TIEMPO
El filme recuerda algunas narraciones de Flannery O"Connor, la tradicional escritora norteamericana, admirada por Linda Rutledge y en la que el tema del pasado sobresale en la definición de la identidad.
Así, en base a flashbacks que contienen historias de lo que ocurrió en la vida familiar de la protagonista, el filme, con toques de humor, buen gusto y melancolía, va desarrollando su viaje en el tiempo. Buen momento para disfrutar de un mito como es Catherine Deneuve y recordar a través de su hija en la película y en la vida real a otro mito del cine como fue Marcelo Mastroianni, que asoma en los ojos de Chiara Mastroianni, una sensible actriz, heredera de su melancolía y calidez.
Un filme de objetos bellos, de recuerdos que definen momentos con elegancia y humor fino.