La sirena

Crítica de Melody San Luis - Fancinema

UN RELATO DE HORROR QUE SE ESCAPA ENTRE LAS MANOS

El énfasis que tiene por parte del público la aparición de nuevas películas del género de terror es siempre grande. Esto es observado claramente desde lo comercial y por ende todas las semanas se presenta una nueva propuesta. Lo cierto es que la mayoría parece repetir recetas y La sirena no está muy lejos de esto. Si bien podemos rescatar algunos aspectos en cuanto al guión, estamos ante un film que vuelve a retomar recursos muy utilizados.

En principio, es necesario remarcar cómo se vende una estética que luego no se aprecia en el film. Ese póster tan atractivo, que juega con los contrastes, genera una expectativa que luego no se cumplen. Hay una expectativa alta sobre la estética que puede darse a través de una figura tan contradictoria, tal como la literatura sabe aprovechar. Sin embargo, el personaje de la sirena se desperdicia desde el comienzo por mostrarse monstruoso y a medida que avanza la película, la figura de la sirena se estropea totalmente, pudiendo vincular su aspecto y movimientos a otras tantas películas del género. De ahí que la película pierda la oportunidad de hacer algo distinto.

Al comienzo, el film presenta la leyenda de la sirena que contacta visualmente y captura a las personas enamoradas. Si bien se trabaja esto literalmente, pero con una “alma en pena” de las profundidades, la película logra darle también otro sentido a la leyenda. Aquel enamorado que captura es casualmente un amante del agua, un nadador que se prepara para competir, logrando mostrar en él esa contradicción que vive en el agua entre la belleza y el terror. Es ahí donde sí hay un punto fuerte: el agua, para él, pasa de ser un lugar de satisfacción para convertirse en un calvario. Se aprovecha ese contraste que convive con el agua, remarcándose el hecho de no ser nuestro hábitat y por lo cual debemos tenerle respeto.

Durante el comienzo, el agua funciona como portal, funcionando como interesante recurso porque genera una cierta expectativa por la aparición. Pero luego este aspecto se va perdiendo y el ingreso de esta mujer monstruosa va llevando a una disminución del potencial del relato. En consecuencia, la propuesta de, que inicialmente es atractiva, se va desinflando hasta quedarse en recursos carentes de originalidad.