La revolución es un sueño eterno

Crítica de Beatriz Molinari - La Voz del Interior

Con retraso considerable llegó a Córdoba La revolución es un sueño eterno, la película de Nemesio Juárez sobre la novela homónima de Andrés Rivera. Presentada en mayo de 2010, durante los eventos del Bicentenario, y protagonizada por Lito Cruz, la película viene recorriendo salas y espacios alternativos. En charla con Nemesio, el director comentó qué lo atrajo del libro original, para muchos, "la" novela de Rivera.

"La película une la parte final del cáncer de lengua de Castelli (1812) con la escritura. La novela es un largo monólogo interior, con cadencia y ritmo que tiene que ver con la poesía. La subjetividad impregna toda la novela, que es casi claustrofóbica, es decir, la negación del cine", señala.

El desafío para Juárez fue mantener la fidelidad a la estética, tratar de reencontrar la poesía, fiel al espíritu de la novela, buscando el paralelismo en el cine. "Debía oxigenar el monólogo de Castelli; también, buscar ambientes, situaciones dramáticas, desarrollarlas, y diálogos creíbles. Buscamos los elementos latentes. A partir de ahí, planteamos el tiempo presente de la novela, el del juicio espurio a Castelli y el cáncer de lengua. En ese estado afiebrado, en el momento de la derrota momentánea de la revolución, aparecen los episodios más significativos de la etapa previa".

Juárez reproduce el fusilamiento de Liniers, invasiones inglesas, el diálogo con Beresford, el Cabildo Abierto del 22 de Mayo. Dice que intentó superar la visión del cine histórico que afronta a los próceres de manera demasiado respetuosa. "Eran hombres como nosotros, impulsados por ideales. Eran hombres que podían sudar, con uniformes rotos y sucios, podían putear y llorar. Además, hay en la película mínima fidelidad al inconsciente colectivo con imágenes que aprendimos en la escuela. Aparece la imaginería de la infancia (la reconstrucción externa del Cabildo). La idea fue: respeto sí, pintoresquismo no. Como premisa, parto de la base de que es imposible reconstruir la historia, porque está siempre marcada por el presente. Es como el trabajo del psicoanalista".

El director arriesga la hipótesis sobre el castigo a Castelli, el prócer olvidado, que fue el orador de la Revolución de Mayo. "Sobre él hubo un cono de sombra. Fue un aliciente para hacer la película. Tal vez no se le perdona haber sido el hombre más consecuente con sus ideas. Desde aquella decisión de fusilar a Liniers, sigue inevitablemente el camino al que lo llevaron las ideas. Digo más, creo que sigue siendo el menos conocido de todos".

La revolución es un sueño eterno está dedicada a Enrique Juárez, hermano de Nemesio, también cineasta. Sindicalista y luego dirigente montonero desaparecido, filmó Tiempo de violencia, una película sobre el Cordobazo.
Nemesio asume que su película es política: "Permite reflexionar sobre las cualidades de los revolucionarios de distintas épocas. Por otra parte, creo que todavía nos encontramos con tareas inconclusas respecto a la patria grande, ideas que ellos tenían sobre la unión latinoamericana".