La resurrección de Cristo

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Viejo guión italiano otra vez contado

Hace unos 20 años, la famosa guionista Suso Cecchi D' Amico desarrolló esta idea: contar el misterio de la Muerte y Resurrección de Cristo, y su Ascenso a los Cielos, desde el punto de vista de un incrédulo. Para el caso, un tribuno romano.

Los astrólogos del emperador Tiberio interpretan ciertos fenómenos celestes como el anuncio de un Nuevo Reino surgido en Oriente, y el tribuno debe investigar qué hay de cierto. La investigación lo enfrenta con los seguidores de un predicador judío que, según dicen, habría vuelto de la tumba. Para él, puede tratarse de un simple engaño, acaso de exageraciones o supercherías, pero su encuentro con una mujer piadosa le hace comprender qué clase de Reino es el que busca.

La historia se llamó "L'inchiesta", y, con participación de otros guionistas, se convirtió en película, curiosamente dirigida por Damiano Damiani, gran experto en films policiales. Poco después, con otro elenco, Giulio Base la convirtió en miniserie, de la cual se hizo una reducción para cine. Así es como la vimos años atrás en Pantalla Pinamar, con Max Von Sidow como Tiberio.

Ignorando esos antecedentes, llega ahora la versión norteamericana. Acá es Poncio Pilatos quien ordena a un centurión vigilar de cerca al Nazareno, asegurarse de su Muerte y, sobre todo, vigilar la tranquilidad de su tumba. Tras los hechos de conocimiento público, también deberá encargarse de buscar un cadáver. No puede ser que haya resucitado. Más que una investigación "policial", la obra sigue el modelo de otras películas bíblicas, en particular "La historia más grande jamás contada", con la batalla inicial entre romanos y zelotes, y "La pasión de Cristo" según Mel Gibson, llena de sangre y crujir de huesos. A ésta le suma varios cuerpos en descomposición, y a los discípulos que despiden a su Maestro les suma el romano entrometido, cosa de dejar todo visto, dicho y repetido. Finalmente, la conversión también vendrá por el encuentro con una mujer piadosa, solo que en la versión italiana era Dorcas (en arameo, Tabitah), una creyente mencionada en Hechos de los Apóstoles, y en la norteamericana es la más conocida María Magdalena. Todo se hace más fácil en esta versión, incluso el camino hacia la fe.

Eso si: es bastante entretenida. Y tiene sus buenos aportes, como la sangre que parece una lágrima en la cara del Cristo recién muerto, a la manera de algunos crucifijos, la expresión de deseos del guerrero (no sólo poder y riqueza, sino también "Familia. Un día sin muerte. Paz") y algunos momentos de su búsqueda espiritual. Guión de Paul Aiello, hermano del productor. Dirección, Kevin Reynolds, el de "Waterworld". Como María Magdalena, la hispano-argentina María Botto.