La piel que habito

Crítica de Rodolfo Weisskirch - A Sala Llena

¡Átame, Matador!

A veces uno pierde la esperanza cuando entra a una sala cinematográfica. La mayoría de los directores se están olvidando de filmar. Graban. Es cierto, que muchos de ellos, hacen cosas increíbles con el material digital (Sokurov, Lynch), pero después no se sale de la media, de aprovechar la reducción de costos y el avance tecnológico para pensar en función de efectos especiales y el 3D. Pero todavía existen realizadores de vieja escuela que siguen imponiendo personalidad, autoridad, cinefilia y aprovechan el 35 mm para lograr maravillas que solamente se pueden apreciar en una sala, en pantalla gigante.