La oscuridad

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Tras el apagón reina el misterio

El espectador adicto al cine de misterio tiene la clave en la mano desde el comienzo. Porque la primera escena muestra a un operador de cine leyendo la real historia de la Colonia Roanoke en 1585. Los sucesos posteriores no lo defraudan; estamos ante una muy buena película de género.

Imagínense ustedes viendo una película en un shopping bien concurrido. De repente un apagón. Ustedes corren al hall y allí sólo trajes vacíos tirados en el piso. La calle amplifica el efecto de cientos de vestidos y trajes vacíos. La pregunta: ¿Por qué yo no?

Esto es lo que sucede en "La oscuridad" y lo que se pregunta Luke, cuando se encuentra súbitamente refugiado en una cantina como fuera del tiempo que parece haberse escapado del misterio. Hasta el chico de la cantinera está allí, desesperado por la desaparición de su madre. A estos personajes se suman Rosemary, una fisioterapeuta en la búsqueda de su pequeño hijo, desaparecido de su cuna.

SIN LUZ

Toda una ciudad, Detroit, en la oscuridad y sólo los que pueden mantener alguna luz sobreviven.
Como salida de la mítica serie conocida como "Dimensión desconocida" (Twiligh Zone, 1959), la cantina del pequeño James parece surgida como una hermana menor del Cotton Club de los años "20 (flashback a la manera de ensoñación), donde todo puede ocurrir.

Película de bajo presupuesto, buena narrativa y especialmente un interesante guión y correctas actuaciones, "La oscuridad", dirigida por Brad Anderson, agrega un atractivo diseño de producción y arma una atrapante atmósfera, donde una bella selección de jazz transforma el cuadro y crea especiales momentos, especialmente cuando la cámara planea por las calles y deja de lado la figura humana.

El director de "El maquinista" utiliza flashbacks, maneja muy bien la iluminación y el suspenso y no abusa de los recursos especiales. Dos niños actores a seguir, Jacob Latimore y Taylor Groothuis, junto a ellos se destaca Hayden Christensen.