La noche del demonio

Crítica de Ulises Picoli - Función Agotada

Fantasmas de jueves

El poster de La Noche del Demonio proclama "no es la casa la que está embrujada". Hasta ahí es cierto. Lo del demonio, ya es más dudoso.

La historia de una familia-que-se-muda-a-casa-nueva-con-espíritus es algo remanido. No es que esto vaya a significar que la repetición de tópicos y situaciones no funciona. Sino hay que ver el caso de ¿Que paso Ayer? Parte 2 que repite fórmula, reparto e ideas, pero aún así, funciona.

Es que esta no es una película desechable en su totalidad. Pero no logra cuajar por su acumulación de casa embrujada + posesión diabólica + fantasmas. Regurgita todas y entre tanto revoleo acierta un par de veces. La "novedad" en ésta es que se trata acerca de viajeros astrales, una idea diferente pero que no termina de cerrar, simplemente no termina de cerrar.

El hijo mayor de una familia entra en coma pero los médicos no pueden justificar su estado, el niño es incapaz de despertar. Antes de eso se suceden un par de golpes de efecto y sobresaltos musicales (el primero ya en los títulos). Puro truco para espantar un poco, no mucho más.

Por este embrujo fantasmal es que los padres con cierto recelo del padre (un correcto Patrick Wilson) terminan llamando a unos investigadores (estilo cazafantasmas) para ver si es cierto que existen espíritus o alguna presencia maléfica en el hogar (de hecho nuevo hogar, se fueron pero los fantasmas los siguieron, ya esta dicho no era la casa la que estaba embrujada) y ahí, funciona la película.

Los dos nerds investigadores le brindan un toque de humor y sus juguetes símil Ghostbusters divierten por un rato.

Porque luego llega la médium (o algo así) para que puedan saber dónde está el espíritu del chico.

Ahí ya Poltergeist hace su aparición, pero... no es Poltergeist. Porque esa acumulación de apariciones fantasmales no dejó espacio para la sorpresa y las últimas escenas en pleno mundo fantasmal/zona astral no asustan.

Creo que en manos de un director menos efectista y sin el abuso de recursos visuales (y de sonido) como los que aplica James Wan (El Juego del Miedo) podría haber funcionado mejor, no deja de ser una opción aceptable en un género que viene errando en cantidad.

Esperamos al maestro Carpenter para que con The Ward, nos haga volver a creer en este querido género.