La noche del demonio

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

Para mí, el 99.99 % del cine de terror es descartable. Premisas estúpidas e irreales, malos directores, regocijo gratuito en maquillaje y efectos especiales, actores espantosos. Pero existe un 0.01 % del cine de horror que es efectivo, y es el que me provoca pesadillas. En ese minúsculo grupo pondría a El Proyecto Blair Witch, El Exorcista, Actividad Paranormal, y la mayoría de los filmes de la dupla Wan - Whannell. Saw, el Juego del Miedo era brillante y estremecedora; Silencio Desde el Mal tenía su cuota de momentos shockeantes; y ahora completaron el círculo con Insidious, La Noche del Demonio. El filme es una prueba patente que James Wan (y algunos directores asiáticos) son los únicos de generar algo genuinamente espeluznante en los tiempos que corren.

Ciertamente el comienzo del filme no parece muy prometedor. Pareciera que Wan y Whannell estuvieran decididos a hacer una especie de Actividad Paranormal 3 (curiosamente, Oren Peli figura como productor de este filme), sólo que rodada de manera más tradicional (sin usar el punto de vista en primera persona), y salpicándola de escenas enteras recicladas de Poltergeist. Ruidos en la casa, puertas que se cierran, niños acosados por espectros. Como suele ocurrir en las películas de fantasmas, uno puede armar una explicación sicológica que justifique todo el asunto, como (p.ej.), que el stress de la mudanza ha despertado los poderes telekinéticos de alguno de los miembros de la familia (posiblemente, del hijo que cae en coma), y que dichos poderes actúan de manera descontrolada, provocando los fenómenos. Como sea, uno pega un par de buenos saltos en esa parte de la película. Pero donde las cosas se ponen realmente estremecedoras es cuando los Lambert se mudan y descubren que los fenomenos los siguen a la nueva casa, esta vez con mayor intensidad y violencia. ¿No eran estos simples poltergeist atados a una casa en particular?. ¿Por qué los siguen a los Lambert?. ¿Qué es lo que buscan de ellos?.
Mientras Insidious, La Noche del Demonio se encuentra en el proceso de buscar respuestas, el filme obtiene por lejos sus mejores bazas. Uno pega repingos increìbles, con figuras siniestras que surgen de la oscuridad, demonios que aparecen detrás de uno en cuestión de segundos, y espantos que sólo se pueden distinguir en fotos. James Wan dispara toda la artillería que encuentra a su mano - planos rápidos, efectos sonoros, silencios estremecedores, cuidados efectos especiales -, y el filme obtiene una intensidad increíble. Sería completamente justo calificar a los dos primeros actos de Insidious como una obra maestra del género (no por su originalidad pero sí por su intensidad). Quizás lo último que uno haya visto y se acerque (remotamente) en efectividad haya sido Actividad Paranormal 2.

El problema con Insidious, La Noche del Demonio es su tercer acto, en donde aparecen las explicaciones de turno y toda la trama deviene en un climax muy hollywoodense. No es que la explicación del fenómeno esté mal - hay personas que duermen tan profundamente que pasan a otro plano, y pueden terminar con su alma separada del cuerpo; y hay espíritus de todo tipo intentando apoderarse del cuerpo vacío -, pero la resolución del caso no es muy convincente y parece salida de algún film de Freddy Krueger. Y aunque el filme pierde bastante de su intensidad, Wan se las ingenia para culminar con un par de sustos efectivos.

Insidious, La Noche del Demonio es un gran film de terror con un final algo flojo y artificial. Es dispar y no es original, pero eso no quita que sea horror 100% efectivo y dirigido con mano maestra. Dígame con sinceridad: ¿cuántas películas de terror lo han asustado de verdad últimamente?.