La huella en la niebla

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Desafíos para trascender una trama convencional

Si dos de los principales desafíos a la hora de hacer cine residen en hacer fácil lo difícil y en convertir situaciones ordinarias en eventos de dimensiones extraordinarias, Emiliano Grieco logra los dos objetivos en La huella en la niebla, su ópera prima de ficción, tras el corto Hijo del río y el documental Diamante.

La película parte de varios clichés del cine independiente argentino, como el regreso del hijo pródigo a su lugar de origen y una trama ambientada en la naturaleza salvaje de las islas del delta del Paraná. Pero consigue trascenderlos gracias a sus personajes curtidos, creíbles y, sobre todo, a la expresividad de un dispositivo visual de indudables dimensiones poéticas (las imágenes de la neblina sobre el agua hace recordar, por ejemplo, al cine de los maestros rusos), lo que convierte una trama bastante convencional sobre un hombre que huye de un pasado trágico y sobrelleva conflictivas relaciones familiares, laborales y afectivas en una experiencia por momentos embriagadora y fascinante.