La guarida del lobo

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Tal vez no sea demasiado pareja ni convenza en todos sus detalles, pero esta película argentina tiene un punto de partida original y diferente. José Luis Gioa es un hosco pero al mismo tiempo amigable ermitaño que vive en sus tierras en el sur, rodeado por sus perros de trineo. Un día encuentra junto a un auto, tirado en la nieve y a punto de morir de frío, al citadino Gastón Pauls, y casi de la nada se genera una curiosa y estrecha relación entre ambos. Luego de salvarle la vida, el lugareño acepta enseñarle al hombre de ciudad a manejar un trineo de perros, lo que implica una especie de aprendizaje al estilo de Karate Kid pero en la nieve.

A todo esto se agrega la presencia del villanesco Victor Laplace, empecinado en comprarle sus tierras al protagonista, y amenazando con utilizar cualquier método para lograr su cometido. “La guarida del lobo” es un film de aventuras con momentos logrados y un guión que llega demasiado tarde a esbozar algo parecido a un western o un policial, por lo que en el medio falta un poco de acción y tensión. Con todo, hay buenas actuaciones e imágenes.