La doble vida de Walter

Crítica de Tomás Maito - A Sala Llena

Un castor en la familia

La depresión y el aislamiento consigo mismo, lo llevaran a Walter (Mel Gibson) a estar cada vez más lejos de su familia. En uno de sus ataques de locura y pánico tomará un títere de un castor y de ahí en mas no se lo quitará de su mano; siendo que ya no solo será parte de él, sino que le encomendará su propia vida y como excusa para poder recuperar a su familia y que la empresa familiar que había heredado progrese, se dirigirá a todos a través de la marioneta.

Principalmente, en esto se centrará La Doble Vida de Walter, el nuevo film de Jodie Foster, quién también co-protagonista al interpretar a Meredith, la esposa del damnificado. Ella deberá lidiar con Porter (Anton Yelchin) su hijo mayor adolescente, el cual no se siente para nada identificado con su padre y esconde ciertos problemas psicológicos, como con el pequeño Henry (Riley Thomas Stewart), desorientado tras la ida de su progenitor, pero sumamente ilusionado a su regreso y con su cambio de actitud junto al castor.

Como lo hizo el cine estadounidense en las últimas décadas, La Doble Vida de Walter es una película más que incursiona en el factor de la familia disfuncional; Todd Solondz con Felicidad, Sam Mendes con Belleza Americana, y en una de las más recientes, Lisa Cholodenko con Mi Familia ya habían profundizado en el tema. Todos y con alternativas distintas mostraron este fenómeno de la manera más real y cruda posible, y el caso del film de Foster no será la excepción en una obra que a pesar de tener momentos cómicos, refleja el más profundo drama de las personalidades de sus protagonistas.

El film, gracias a un sólido guión de Kyle Killen, se centrará en la lucha de la familia por aceptar la locura de Walter, que a pesar de que en principio todo podía parecer agradable y con un buen fin para todos, todo se le terminará complicando al protagonista hasta perder el control de sus acciones. Tanto esto como los hechos paralelos del progreso de la compañía de juguetes presidida ahora por el castor y la típica relación conflictiva entre Porter y su compañera de secundario Norah (Jennifer Lawrence) llevaran a que todos los aspectos de la obra, tanto narrativos, argumentales y psicológicos respecto a la profundidad y sentimiento de los personajes, estén muy bien caracterizados.

Con su tercer título como realizadora, Mentes que Brillan y Feriados en Familia los anteriores, se puede decir que Foster concreta un film más que correcto, que entre buenas actuaciones y un buen desarrollo de temas severos como la depresión y la locura, hacen de La Doble Vida de Walter una obra a considerar en la carrera de su titiritera.