La doble vida de Walter

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Gibson y su amigo el castor

Es difícil saber a qué tipo de público se dirige Jodie Foster con esta especie de fábula de autoayuda que podría definirse como mezcla de comedia dramática de salud mental, estilo «canto a la vida», y película de psicópata, sin ser en realidad ninguna de las dos cosas.

El film empieza con una familia abatida por la depresión del marido, un Mel Gibson que heredó una fábrica de juguetes con la que no sabe qué hacer, mientras Jodie Foster, su esposa, se refugia en su trabajo de diseño de montañas rusas (la familia tipo). La comunicación con sus dos hijos, uno adolescente y otro mas chiquito, es casi nula, hasta que harta de la situación la esposa manda al marido deprimido a vivir solo.

La idea no parece ser lo mejor para el paciente, y así, en medio de un ataque de cuasi coma alcohólico, termina hablando con un títere que coloca en su mano, con el que desarrolla una extraña doble personalidad en principio aparentemente beneficiosa para su comportamiento social, más alla de lo excéntrico que pueda lucir un tipo hablando con un castor de peluche.

En todo caso, el hombre encuentra una manera de estar menos deprimido, ya que antes de dirigirse a las demás personas les entrega una tarjeta que indica que deben hablarle a través de ese títere terapéutico. Así logra en pocas semanas renovar su vida marital -pese a algunos recelos lógicos de su esposa- y, sobre todo, a relanzar maravillosamente su empresa con la nueva sensación del mundo del juguete, una caja de herramientas con cara de castor.

Esta última creación lo lleva a convertirse en una verdadera celebridad que aparece en televisión y todo, aunque claro, el recurso terapéutico también tiene su lado oscuro, que en cualquier momento puede hacer eclosión. Como directora, Jodie Foster no sabe encontrar el tono adecuado, aunque en este caso hay que reconocer que el guión no la ayuda. Mel Gibson sobreactúa un poco en un papel que podría irle mejor a Robin Williams, y sólo cuando el clima se oscurece un poco empieza a meterse más de lleno en el personaje de doble vida. La película es mas rara que realmente buena, aunque de todos modos tiene sus momentos.