La doble vida de Walter

Crítica de Daniel Castelo - ZonaFreak

Este buen (mal) hombre merecía un film en el que, definitivamente, pudiera demostrar el gran actor que es. Mel Gibson puede que sea el justo destinatario de las condenas más variopintas; antisemita, machista, violento, xenófobo, fanático religioso, mesiánico, anche alcohólico irrecuperable. Así y todo, mister Mel logra aquí alejar todos sus miserables fantasmas durante 90 minutos gracias a la que es, sin dudas, la mejor interpretación de su carrera.

The Brave ("El castor") cuenta el click mental que acontece en el pobre Walter (Gibson), un hombre que se encuentra en medio de un pozo depresivo que le anuló la relación marital, además de que interrumpió la comunicación con sus hijos. Para colmo, fracasa como director de la compañía que heredó de su padre, lo que le causa un profundo vacío espiritual. Hasta que, por accidente, llega a su vida el títere de un castor que, luego de una rápida conclusión, termina por convertirse en la posible ruptura de esa crisis.
El heterodoxo sistema de autotratamiento que se impone Walter es hablar a través del títere, sea con quien fuere y donde fuera, desde una charla con su hijo menor hasta una entrevista en una cadena televisiva. El castor habla por él. Claro que no es un tratamiento sin daños colaterales.
Jodie Foster, como realizadora, demuestra que está para mucho más de lo que había demostrado en sus films anteriores. Además, pone su puesta de cámaras y amable estilo narrativo al servicio del lucimiento de Gibson, que aprovecha cada minuto en pantalla para desplegar un trabajo actoral notable y que incluso, durante el tiempo que transcurre la ficción, al menos, logra enternecernos pese a su oscuro background. ¿Lo tendremos en la alfombra roja del Oscar el año próximo, o pesará más la sombra de Darth Vader que según parece arrastrará por siempre?