La despedida

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

El Chavo, Juan Manuel D'Emilio es una figura conocida del medio publicitario. Ganó muchos premios en esa actividad y ahora es su momento de incursionar en el cine con su ópera prima: "La despedida". Fuimos con expectativas a sala a verla, y salimos conformes, el hombre ratifica todas sus condiciones para contar historias, más allá de su duración y el formato que elija.

En esta oportunidad, su debut nos trae un film que habla de la amistad, la realización personal y el amor, en tono de comedia amena y cercana. D'Emilio narra con un estilo simple, directo y accesible: no se preocupa por hacer un cine puramente independiente ni tampoco coquetear con el mainstream. Sabe que busca el público y se lo ofrece con generosidad: una trama donde el fútbol y la amistad sean ejes y una historia atrayente, con personajes queribles. Desde ya, lo logra. "La despedida" es una película lograda a la que hay que prestar atención.
José (Carlos Issa) es un tipo que está llegando a sus cuarenta, juega de nueve en un club amateur (Juventud Unida) y está atravesando la última etapa de su carrera como futbolista. Hace banco (el técnico no lo pone nunca y lo tiene, por respeto a su pasado goleador, nada más) junto con otros dos amigos que el fútbol le dio: Fede (el "Rifle" Pandolfi) y Rossi (Héctor Díaz) y apenas pasados pocos minutos, escuchamos a su médico de cabecera darle una mala noticia. Algo anda mal en su cuerpo y si no abandona el deporte ya, su estado de salud puede jugarle una mala pasada.
Difícil no? Para alguien cuya gran pasión es la redonda, pensar en un retiro anticipado, abandonar el club de sus amores, los afectos, el vestuario... Además, Juventud se está jugando el descenso y en la próxima fecha debe viajar 300 km a la Costa para un partido clave. José, guerrero de miles de batallas, entonces, decidirá guardar su secreto (la gravedad de su cuadro) y avisarle a sus dos amigos, que el dejará la práctica de su gran pasión, luego del partido del domingo. Y que quiere despedirse en la cancha, jugando por los puntos, cosa harto difícil ya que el entrenador no lo pone nunca.
Así es que junto a su mujer, Andrea (Natalia Lobo) y Fede y Rossi, nuestro protagonista marchará a pasar un fin de semana cerca del mar, para reencontrarse con sus emociones y elaborar esta partida del fúbtol, dejando todo para ayudar a su club, en la cancha, como se van los grandes...
"La despedida" es un película emotiva, sobre todo para la platea masculina. Los valores que transmite José en palabras, forman parte del colectivo de los que aman este deporte: la pasión, el compañerismo, el amor por los colores... El trío de amigos es fácilmente reconocible en gente del medio: el clásico talentoso que nunca explotó porque la noche lo atrajo (Fede) y el picapiedra que basa todo en el sacrificio (Rossi), José representa el ídolo de barrio que encontró su lugar en el mundo entre esos 16 que semana a semana se juegan todo por la camiseta. El fútbol y la amistad, dos clásicos que dominan la escena.
Lo interesante de D'Emilio es que no sólo retrata con precisión estos estereotipos, sino que al contar la historia (con varias subtramas interesantes) lo hace con oficio y logra instalar los tópicos sin mayores dificultades. Fluye. Es importante señalar, sin embargo, que sentimos cierta simplificación en los trazos que definen a cada protagonista... y que tal vez nos hubiese gustado un poco más de ductilidad en el protagónico a la hora de transmitir emociones. Desde ya, nos quedamos con el promisorio debut del Rifle, quien regala los momentos más divertidos del film y la fibra de Lobo, quien se luce en su papel de esposa desconcertada.
Mas allá de eso, "La despedida" es una película que hay que ver. Obligada, si te gusta el fútbol y el cine nacional. Una buena oportunidad para experimentar el auténtico sabor del universo amateur de este deporte que tanto amamos los argentinos.