La danse: El Ballet de la Opera de París

Crítica de Andrés Fevrier - Cinematófilos

El magnética mirada de Frederick Wiseman

Este jueves se estrena una de las películas del año. No, no se trata del delirio onírico de Christopher Nolan (al que quizá le dedique algunas líneas en los próximos días) sino de La danse, el ballet de la Ópera de París, de Frederick Wiseman. No sólo por sus méritos -que los tiene- sino además por lo extraordinario de la situación: es la primera vez que se estrena en Buenos Aires una película del maestro del documental, un tipo con más de 40 años de una trayectoria impecable.

La cámara omnipresente de Wiseman se interna esta vez en el Palacio Garnier para recorrer sus oficinas, sus salas de ensayo, sus talleres, sus pasillos. Intransigente en su estilo, el director se dedica a mostrar sin explicaciones, con fragmentos aparentemente inconexos de la vida cotidiana de una de las óperas más prestigiosas del mundo. Su mirada sobre las cosas aparece sutilmente en el montaje, como cuando parece comparar la severidad de un ensayo en el que participan una docena de bailarinas con el entrenamiento militar.

El domingo el diario Clarín publicó una breve entrevista a Wiseman. "Ninguna de las personas que aparecen en el filme está identificada y así muchos no sabrán quiénes son Pierre Lacotte y Ghislaine Thesmar. Y conocer que son marido y mujer otorga, creo, una comicidad extra a su escena. En otra, Brigitte tiene una charla telefónica sobre el funeral de un tal 'Maurice', obviamente Béjart. ¿Lo hizo a propósito?", le preguntó la periodista Laura Falcoff, especialista en el tema. El realizador respondió con su habitual parquedad: "Mucha gente encontró muy divertida la escena de Lacotte y Thesmar sin saber que están casados, porque claramente el diálogo entre ellos es el de dos personas que se conocen muy bien. Por otra parte, es evidente que en su conversación Brigitte habla de un funeral. Saber quién es el 'Maurice' que nombra no es el aspecto más importante de la secuencia".

Así es La danse: fascinante incluso para quienes ignoramos casi todo sobre lo que se nos muestra. Hay algo magnético en la forma no invasiva de mostrar las cosas. Lo que no hace más que acrecentar las expectativas acerca de la siguiente realización del director: Boxing Gym, que se exhibió en la última edición de Cannes. Wiseman y el boxeo, una combinación irresistible.