La chica del dragón tatuado

Crítica de Pablo Raimondi - SI (Clarín.com)

Secretos de familia

David Fincher, el director de The Social Network y nominado a un Premio de la Academia, buscó desentrañar en la pantalla grande el mundo de la trilogía Millenium, la novela best seller de suspenso del sueco Stieg Larsson. Y vaya si lo logró en esta extensa primera parte (casi tres horas) donde el periodista financiero Mikael Blomkvist, protagonizado por Daniel Craig, decide restaurar su honor tras ser acusado por difamación.

Uno de los industriales más ricos de Suecia, Henrik Vanger (Christopher Plummer) contrata a Mikael para investigar la desaparición de su sobrina Harriet, ocurrido varias décadas atrás, pues el empresario sospecha que la asesinó un miembro de su enorme familia. Entonces Blomkvist se dirige a una remota isla en la gélida costa sueca, sin saber lo que le espera.

Pero no estará solo, junto a él actuará la enigmática Lisbeth Salander (Rooney Mara) quien tuvo una misión anterior: indagar los antecedentes de Blomkvist. Y desde una cabaña, enclavada en un ámbito nevado que contagia hostilidad, la dupla de investigadores tendrá que comenzar a desenmarañar los secretos de una familia enemistada con el pasado, que le huye a varios secretos y tiene muchos temas tabú. ¿No es algo común? ¿Les suena?

Y acá es donde fluye la sagacidad y tenacidad de Salander quien parece no dar un paso demás, todo en ella es instinto puro, pragmatismo y seguridad. Por eso se interna en hemerotecas y registros empresariales para atar cabos de maniobras oscuras, testaferros y con muchas cosas en juego. Por su parte, el periodista tiene el contacto humano con la familia: algunos lo ayudarán, otros intentarán confundirlo, otros alejarlo y hasta la muerte se acercará a él.

La chica del dragón tatuado no deja de lado las escenas subidas de tono: recordemos la bisexualidad de Lisbeth y como va a las sábanas con Mikael o una amiga que se levanta en un boliche. Y las vejaciones también están a la orden del día: Lisbeth tiene un tutor que la sobornará para darle dinero, engañará y violará. Obvio que la chica se vengará de ese acto: le tatuará en su pecho un mensaje para que no se olvide jamás de su condición criminal.

A diferencia con la versión sueca del film, esta adaptación hollywoodense entra en mayores detalles, se acerca más a la novela y no es tan fría como su par escandinava. Sin dudas, para meterse de lleno en el intrincado mundo del cerebro mítico de Stieg Larsson.