La cabaña del terror

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Terror con giros originales

Al principio, esta «Cabaña del terror» se parece a infinidad de otras peliculas del género sobre jóvenes aislados en un lugar lejano y acosados por algún peligro ominoso y sobrenatural. Salvo que, en este caso, los jóvenes aislados están siendo espiados y monitoreados hasta el más mínimo detalle por los científicos de un complejo y enigmático centro de investigaciones militares que parecen dedicados a hacer participar a los protagonistas en algún tipo de experimento non sancto.

El asunto es que desde el momento en el que parte hacia el weekend en la cabaña, el quinteto estelar no es perdido de vista por la organización cuya verdadera naturaleza permanece en el mayor misterio casi hasta el final del film. Los jóvenes llegan a la cabaña y encuentran algunas cosas raras, por ejemplo, un espejo que permite la visión desde el otro cuarto al estilo de las habitaciones de interrogatorio. También encuentran unos elementos propios de rituales de algún culto oscuro, y ahí empieza la película de terror más común y corriente, ya que pronto entre los árboles del bosque aparecerán unos horribles zombies listos para atacar y matar uno a uno a nuestros héroes.

Esto no tiene sentido porque obviamente dado el monitoreo en el laboratorio queda claro que ésta no es una película de zombies ni de nada por el estilo, sino que hay algo más, y justamente ese algo más es lo que hace que el film se vuelva más y más entretenido a medida que avanza el divertido guión de Joss Wheddon, capaz de permitir todo tipo de criaturas sobrenaturales en la historia, incluyendo hasta el mismísimo payaso de «It» de Stephen King, hombres lobo, serpientes gigantes y todo tipo de engendros infernales.

El gore y la ultraviolencia aumentan con la diversión, pero lo que se pierde en los repentinos cambios de rumbo del argumento es la lógica, que quizá no sea el fuerte de esta sólida película de terror. Hay algunas actuaciones buenas -no especialmente entre el quinteto de jóvenes, sino más bien entre sus enemigos científicos- y el nivel de efectos especiales digitales para la temible invasión de monstruos de todo tipo y calibre es realmente notable.