Kon-Tiki - Un viaje fantástico

Crítica de Emiliano Fernández - CineFreaks

A través del Océano Pacífico

Frente a una película como Kon-Tiki (2012), uno se ve obligado a ofrecer una breve introducción acerca del tópico central. El film en cuestión retrata la famosa expedición homónima de 1947, en la que un grupo de seis hombres -liderados por el etnógrafo Thor Heyerdahl- recorrió casi 7000 kilómetros a través del Océano Pacífico, desde Perú hasta la Polinesia, a bordo de una balsa. El noruego consideraba que la región había sido poblada por vía marítima por sudamericanos en tiempos precolombinos, negando el paradigma antropológico reinante que afirmaba que los primeros contingentes llegaron desde Asia.

Si bien en la actualidad se le ha dado algún mérito a las ideas de Heyerdahl mediante la comparación de muestras de ADN, el hombre en esencia estaba equivocado y hoy se recuerda su viaje, de rasgos prácticamente suicidas, más por su componente aventurero que por su valor científico intrínseco. Así las cosas, la propuesta sigue ese derrotero estándar que abarca los preparativos, los sinsabores del trayecto propiamente dicho y la llegada a destino. La historia no se aleja de la figura del enigmático Thor, dejando poco espacio para el desarrollo del resto de los personajes, quizás la falencia crucial de un guión muy simple.

Resulta más que evidente que la obra se toma sus buenas licencias en lo que respecta a la dinámica de la travesía, exacerbando determinadas situaciones para beneficio dramático pero manteniendo a la vez una relativa quietud narrativa que convence sin grandes golpes de efecto, reproduciendo leitmotivs clásicos del cine de aventuras y utilizando apenas un puñado de recursos (los tiburones, las tormentas, la precariedad general y los conflictos eventuales). Vale aclarar que el film cuenta con dos versiones distintas, una en inglés de 95 minutos y otra en noruego de 118 minutos, por suerte en Argentina se estrena esta última.

El opus de los realizadores Joachim Rønning y Espen Sandberg, responsables de la interesante Max Manus (2008) y la ridícula Bandidas (2006), no llega a maravillar con sus tomas preciosistas símil Una Aventura Extraordinaria (Life of Pi, 2012), sin dudas su hermana gemela en más de un aspecto, aunque desde su austeridad ideológica consigue construir un verosímil ameno que funciona perfectamente. En lo referido al elenco, se destaca en especial la labor de Pål Sverre Hagen como Heyerdahl y Anders Baasmo Christiansen como su mano derecha, los dos artífices centrales de esta pequeña epopeya…