Just Jim

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

El amigo americano

Craig Roberts, protagonista de Submarine (2010, Richard Ayoade) debuta en la dirección con Just Jim (2015), una comedia inteligente, tan ácida como negra, sobre un adolescente loser cuya vida dará un giro de 180 grados cuando un nuevo vecino aparezca misteriosamente en la abandonada casa de al lado.

Roberts da vida al personaje del título: un fracasado adolescente víctima de bullying constante que pasa las anodinas tardes con Michael, su único amigo, o en un cine abandonado que siempre proyecta la misma vieja película y cuyos diálogos, por supuesto, Jim conoce de memoria. Pero todo cambia cuando Dean (Emile Hirsch), un misterioso joven americano, que siempre lleva una campera de cuero, trata de ayudar a Jim a superar sus inhibiciones y convertirlo en un chico cool.

Rodada en Caerphilly, Gales, ciudad natal de Roberts, el actor devenido en cineasta juega en Just Jim con las atmósferas y los géneros. Así como el personaje muta, también lo hace la trama. Lo que primero pareciera ser una historia más sobre adolescentes perdedores cambia bruscamente hacia el thriller con pizcas de misterio y terror. La habilidad para manejar la versatilidad de tonos que la atraviesan, sin olvidarse del humor, es sin duda una de las mayores virtudes de Roberts.

El novel realizador ambienta el relato de una atemporalidad que deambula entre lo fifty y lo actual. Mientras Emile Hirsch emula a James Dean, tanto la ambientación como la puesta de cámaras remite a las películas de esa época, pero con un montaje veloz típico de realizadores actuales como Guy Ritchie o Danny Boyle que se entremezcla con la utilización de algunos elementos pop, incluyendo la notable banda sonora.

Hay en Craig Roberts una forma de actuar, de jugar con el cuerpo, de explotar la inexpresión muy a lo Buster Keaton, mientras que en su forma de dirigir hay claras referencias a Alfred Hitchcock, David Lynch y al film noir, pero con una personalidad y una irreverencia como muy pocas veces se ve en las nuevas camadas de cineastas. Además de inteligencia y un estilo propio,