Juntos para siempre

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

Te quiero pero no te registro

Por el camino de las relaciones de pareja transita Juntos para siempre (2010) ópera prima de Pablo Sorlaz, reconocido guionista que da su primer paso en la dirección con esta grata sorpresa acerca de las consecuencias que produce la incomunicación en las parejas.

Javier Gros (Peto Menahem) un guionista obsesionado con su trabajo que dejó desde hace tiempo de prestarle atención a Lucía (Malena Solda), su mujer. Atónito ante el inminente abandono de ella, trata de evadirse de dolor en vez de afrontarlo, hecho que lo lleva a convivir rápidamente con otra mujer (Florencia Peña) y a inventar una surrealista historia acerca de un padre de familia abolido por el odio.

Pablo Solarz que ya había trabajado en los problemas de pareja en sus guiones de ¿Quién dice que es fácil? (2006) y Un novio para mi mujer (2008), se introduce en las profundas y complicadas convivencias de pareja una vez más, sólo que en esta oportunidad con mayor conocimiento de causa. Aquí la historia pasa por un guionista y las consecuencias de su crisis alcanzan puntos crueles en el relato.

El comienzo se asemeja al género de la comedia romántica, incluso generando empatía y comicidad con sus personajes. Pero la historia empieza a volverse oscura como un chiste que pasa de gracioso a agresivo casi sin percibirlo. El relato avanza trazando paralelos entre la historia que se cuenta y la subtrama. Ésa que se gesta debajo, imperceptible en un comienzo va tomando forma y color con el correr de los minutos, emergiendo a la superficie sobre el final. Como una simpática bola de nieve que se torna en una amenaza imposible de frenar.

Si bien puede criticársele a Solarz algún que otro pormenor en la realización (por ejemplo cuestiones ligadas al ritmo narrativo), es algo que irá disminuyendo seguramente en sus próximos filmes.

Algo a destacar son las impecables actuaciones de Peto Menahem, Malena Solda, Florencia Peña, Mirta Busnelli, todos componiendo papeles completamente ajenos a los que nos tienen acostumbrados, sorprendiendo en más de una escena por sus trabajos.

Pablo Solarz de gran manejo de la historia y la psiquis de sus personajes, propone una historia sólida, cercana y con puntos en común a cualquier persona. De esta manera logra llegar al espectador, conmoverlo, divertirlo y hacerlo reflexionar. En definitiva, conectarlo con sus sentimientos.