Jungla

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Yossi Ghinsberg (Daniel Radcliffe) es un joven israelí que decide combatir el aburrimiento de la rutina y la falta de certezas sobre su futuro haciendo un viaje de autodescubrimiento al Amazonas. Allí conoce a Marcus (Joel Jackson) y su amigo fotógrafo Kevin (Alex Russell), con quienes parte rumbo a una aventura en la que todo, todo sale mal.

La idea del trío protagónico de Jungla es internarse durante unos días para dar con una comunidad indígena aislada del contexto, tal como les promete un supuesto guía especializado en tours fuera de las hojas de ruta habituales. Pero las cosas se complican primero cuando las heridas en los pies de uno de ellos los demore y, después, con el grupo ya dividido, cuando Yossi se separe de Kevin y quede solo, sin comida ni agua, en medio de la jungla del título. Como Tom Hanks en Náufrago, pero con árboles en lugar de agua.

Basado en hechos reales, tal como anuncia una placa al inicio y validan las fotos de los auténticos protagonistas en los créditos, el film del australiano Greg McLean (El cazador de Wolf Creek) es un clásico thriller con la supervivencia como meta. Uno que construye una tensión sólida, cruenta y visceral y sabe cómo volver el entorno selvático un elemento ominoso y aterrador que deja huella en la piel de Yossi.

Con una sólida actuación de Radcliffe, Jungla podría haber sido una película todavía mejor que la finalmente es. Sucede que McLean no es partidario de la concisión y narra no sólo la supervivencia sino también el “viaje interior” de Yossi a través de fragmentos constantes de alucinaciones o flashback hacia la vida familiar que se estiran hasta bastante más allá de lo aconsejable, igual que esas vacaciones de las que uno sin duda anhelaría volver.